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Perspectivas de la seguridad en Sinaloa II (Paz positiva)

En la columna anterior hablamos sobre los resultados del Índice de Paz bajo un enfoque de análisis de datos sobre la violencia. El impacto de los...

Jesús Rojas Rivera
Jesús Rojas Rivera | Jesús Rojas Analista y columnista Línea Directa

En la columna anterior hablamos sobre los resultados del Índice de Paz bajo un enfoque de análisis de datos sobre la violencia. El impacto de los homicidios, delitos cometidos con violencia, delitos cometidos con armas de fuego, impacto de organizaciones criminales y personas en cárcel sin sentencia. En general, las mejoras y fallas respecto a la incidencia delictiva y prevalencia de delitos. Pero la metodología del Índica de Paz no se limita a medir delitos, prevalencias y graficarlos, usar el documento para decir que Sinaloa es más seguro que Colima, Zacatecas o Baja California, pero menos seguro que Yucatán, Tlaxcala y Chiapas es cuando menos un desperdicio.

El Índice propone el análisis de la “paz positiva” que se define como: “las actitudes, instituciones y estructuras que sean y sostienen sociedades pacíficas”, medida en 8 factores claves: A) Buen funcionamiento del gobierno, B) Entorno empresarial sólido, C) Distribución equitativa de la riqueza, D) Aceptación de los derechos de los demás, E) Buenas relaciones con los vecinos, F) Libre flujo de la información, G) Altos niveles de capital humano y H) Bajos niveles de corrupción.

El desarrollo de la dinámica social en estos pilares genera entornos de paz positiva, cuando las actitudes que fomentan la violencia son menos toleradas, cuando las y los ciudadanos no se acostumbran a la violencia en ninguna de sus formas, rechazan la corrupción pública y privada, apuestan por la convivencia pacifica en la tolerancia y el respeto al derecho de los demás.

Sinaloa no está en los mejores lugares respecto al resto de las entidades federativas. Nuestro estado se encuentra en el lugar 20, unas décimas por debajo de la media nacional. Si reflexionamos los indicadores que dan forma al modelo de evaluación nos podremos dar cuenta de nuestra realidad.

No somos una entidad en donde la gente se preocupe por los derechos de los demás, es más bien una sociedad que genera y fomenta las desigualdades en muchas de sus formas. Los derechos políticos se ejercen, pero existen limitantes evidentes. Pensemos de manera general la respuesta de estas tres preguntas: En Sinaloa ¿Puede un desplazado por violencia ir a votar a su casilla? ¿En caso de violencia contra la mujer tendrá el respaldo de la comunidad o será culpada de lo sucedido? ¿Las empresas y comercios consiguen permisos por la vía institucional o por favores o ayudas de coyotes?

La pobreza extrema existe en Sinaloa, consta en las mediciones de CONEVAL que decenas de miles de familias no tiene ni el elemental acceso alimentario. Este indicador cuenta en los elementos para medir la paz positiva, mientras hay municipios con inversión pública suficiente que fortalece los indicadores para el desarrollo humano, hay otros que tiene a escuelas sin agua, nulos espacios públicos para le esparcimiento y mínimas condiciones para el desarrollo positivo de las capacidades de las juventudes y las infancias. En Sinaloa se pueden invertir varios millones de dólares en la construcción de un estadio de futbol de primera división, mientras que en municipios como Choix, Escuinapa y San Ignacio hace décadas no se promueve la creación de centros deportivos, culturales o de esparcimiento dignos de presumir.

Para los sinaloenses es común el consumo de alcohol en las calles, lo mismo cerrar las vialidades con el motivo de un festejo, el respeto al derecho de los vecinos no es generalmente promovido. Confiamos muy poco en la autoridad solo denunciamos el 4.7% de los delitos cometidos, casi la mitad de los 10.1% delitos que se denuncian a nivel nacional, porque creemos en un 44% que es perdida de tiempo, son tramites largos y difíciles, habrá una actitud hostil de los elementos que tomarán nuestra denuncia o seremos extorsionado.

En suma, la seguridad no solo se alcanzará en la “ausencia” del delito, porque eso es prácticamente imposible. Pero existen elementos para mejorar las condiciones de paz social que están preponderantemente en manos de los ciudadanos, sus actitudes y valores. Mientras la autoridad se dedica a prevenir, perseguir y enjuiciar delincuentes. Nosotros debemos esforzarnos en fomentar y vivir los valores de la cultura cívica en el respeto a la ley y nuestros vecinos. Así como en crear condiciones de menor desigualdad y el fortalecimiento de empresas socialmente responsables que den mejores condiciones de vida a sus trabajadores y no sean partícipes de la corrupción. Porque todo eso en su conjunto abona a tener sociedades menos violentas donde se convive en paz. En materia de seguridad no todo lo puede resolver el gobierno, por eso no debemos ser ajenos a nuestro deber ciudadano. Luego le seguimos…

Fuente: Internet

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Jesús Rojas Rivera

Columnista

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