No, para mí no fue una gran pelea. Lo que vimos un servidor y miles de televidentes más fue un combate de un solo lado, por mucho que los comentaristas hayan cuestionado las tarjetas, porque para ellos resultó un duelo muy parejo. Simple y sencillamente el “Vaquero” Navarrete fue bastante superior a Óscar Valdez el sábado pasado.
Emmanuel le pasó por encima al sonorense y concuerdo con las puntuaciones otorgadas por Lisa Giampa (119-109) y Chris Wilson (118-110), pero no con Zachary Young que vio perder a Óscar por solo cuatro puntos (112-116). No sé qué pelea estaba sancionando.
Navarrete limpió del rostro, como si nunca hubiese estado arriba del cuadrilátero durante 36 minutos de batalla y otros 12 de descanso. Sus golpes fueron muy potentes y Valdez acusó recibo de eso al bajar del cuadrilátero con el ojo derecho completamente cerrado, el que, por cierto, cuestionaron los comentaristas por el hecho de que nunca el médico de ring subió a supervisarlo y que habría evitado más castigo.
El “Vaquero” sigue siendo un campeón de élite, aunque su estilo, como el de Jaime Munguía, no gustan, cuando menos a un servidor. Su mayor estatura y largo de brazos fueron un hándicap a su favor.
Pero quiero dejar por un lado lo que hizo el campeón defensor y enfocarme más al retador que no cumplió con sus expectativas ni tampoco con todos los que vaticinamos un combate que dejaría huella. Óscar soportó el castigo y eso es lo que debemos admirarle y destacar, más no la pelea que realizó.
Horas después de su derrota las redes sociales se inundaron de comentarios en torno a su esquina, con un Eddy Reynoso (manager del Canelo) quien no pudo encontrar la fórmula para que su pupilo tuviera la más mínima oportunidad de triunfo. Valdez dio un paso atrás y no avances. Lo vimos muchos. Desde que llegó al equipo del tapatío su estilo de pelea ha cambiado.
Ninguna estrategia afloró durante la reyerta. Parecía que solamente cumplía con su tarea de arrojarlo al ruedo. Ustedes estarán de acuerdo en que no fue ni la sombra del Óscar que conocíamos. Sus golpes sin poder, fuera de distancia y en ningún momento puso en aprietos al todavía campeón mundial superpluma de la OMB.
A sus 32 años Valdez parece más cerca del retiro que de volver a ser campeón del mundo. Al menos en esa categoría no existe una luz al final del túnel. También creemos que pudo haber tenido problemas para dar el peso. Su rostro lo delataba; muy demacrado, aunque haya registrado un cuarto de libra menos que el monarca.
Navarrete está hecho para otras latitudes. Ya pasó esta prueba que muchas la veían difícil, pero la hizo más fácil de lo que pensábamos. Shakur Stevenson puede ser su siguiente objetivo y que lo podría catapultar como un gran representante de esa categoría.
Dicen que en los próximos días podría comenzar a cocinarse y, de ser así, sería uno de los platillos fuertes para el año próximo, si es que no se adelanta como para fines de este año.