Miles de mujeres en todo el país participaron el pasado domingo de diversas maneras en la celebración del Día Internacional de la Mujer, y lo seguirán haciendo hoy en el llamado “Un día sin mujeres”. Luchan contra los abusos, el acoso, la inseguridad y el latente riesgo de perder la vida violentamente.
Aplaudo sin reservas este movimiento femenil y festejo que alcen la voz exigiendo justicia, igualdad y respeto, y para exponer a los hombres que abusan y las acosan sexualmente, sobre todo porque en México falta mucho para contar con instituciones judiciales que les garanticen a las mujeres las condiciones para interponer la denuncia formal y recibir en el proceso un trato digno.
Qué bueno. Es deseable que haya a partir de hoy un cambio notable en todo esto. Ojalá y así sea.
En medio de esta efervescencia por hacer respetar los derechos de las mujeres, se han realizado diversas actividades en universidades que consisten en exponer públicamente a maestros abusivos y acosadores de las estudiantes. Han surgido de este ejercicio cosas interesantes, pero también motivado reflexiones sobre los riesgos que acciones de este tipo detonan.
Se entiende que si no se dispone de las condiciones idóneas para la denuncia formal, a la mayoría de las víctimas les queda solo el camino de las redes sociales desde el anonimato.
En ese ambiente, en un evento de denuncia realizado en Guasave, fue denunciado como acosador sexual y por amenazas el diputado federal Casimiro Zamora Valdez. Una figura pública como el legislador señalado desde el anonimato bajo el argumento de supuesto temor a represalias.
