Debido a mis tareas profesionales dentro de la radio (Grupo RSN – Línea Directa), el grupo radiofónico con más presencia en el noroeste (ustedes perdonarán la modestia), tuve la oportunidad de interactuar de manera directa con diferentes corcholatas y aspirantes de la oposición. Gracias a la radio fue posible observar de manera directa algunas de las personalidades de los contendientes a la presidencia en el 2024. De esa experiencia puedo emitir algunos puntos de vista de las diferencias de estilos que tenemos en las candidatas y candidatos (a los puristas no les gusta que se les diga así, pero eso son).
Xóchitl, Adán Augusto y Miguel Ángel Mancera estuvieron de manera presencial en nuestros estudios. Enrique De La Madrid, Fernández Noroña, Ricardo Monreal y Beatriz Paredes nos acompañaron por la vía telefónica o por zoom. Claudia Sheinbaum fue invitada, pero decidió realizar sus entrevistas desde su hotel. Marcelo Ebrard no ofreció entrevistas en su visita a Sinaloa.
El primero que nos visitó fue Adán Augusto. Llegó con una fauna de acompañamiento bastante nutrida. Traía una avanzada con elementos de seguridad. No saludó a nadie. Ingresó directo a la cabina a participar en la entrevista con nuestro director general (Víctor Torres). Al término de la entrevista se retiró como llegó (sin despedirse o cruzar palabra con ninguno de los trabajadores de la estación). Miguel Ángel Mancera llegó acompañado de unos cuantos dirigentes del PRD. Saludó de manera tímida a su paso. No levantó ningún revuelo. Terminó y se fue (como si nunca hubiera existido). Por último, Xóchitl. Llegó puntual y sonriente. Se hizo acompañar de panistas. Aclaró que tenía la opción de hacer la entrevista por teléfono, pero prefirió ir al estudio. Fiel a su estilo, Xóchitl salió de la estación recitando un par de groserías sobre cuestiones de la agenda de ese día.
En la entrevista virtual con Fernández Noroña pude notar a un personaje fiel a su estilo. Reconoció que no le gusta que le digan corcholata. Se molestó con las preguntas sobre declinaciones en favor de alguno de sus compañeros y fue frontal en sus repuestas. La entrevista con Monreal fue triste. Se le pudo escuchar cansado físicamente (dijo que traía el mal del tejón); sin embargo, la parte más triste fueron sus ráfagas de nostalgia. Aseguró que la distancia de dos años con López Obrador le había costado mucho en sus aspiraciones.
En el caso de Enrique De La Madrid se notó a un político preparado y que había hecho la tarea; por desgracia, tuvo respuestas evasivas. Le comenté que estaba haciendo lo mismo que el presidente: contestar cosas diferentes a las cuestionadas. Dijo que eso le gustaba a la gente. Que preferían respuestas evasivas. La señora Beatriz Paredes tuvo una entrevista dura, pero la supo capotear. Mostró tablas. Muy al estilo de la escuela priista.
Caso especial el de Claudia Sheinbaum. A diferencia de Xóchitl, que fue a varios noticieros de radio a sus instalaciones en persona, Claudia organizó las entrevistas en su hotel. No quiso moverse de ahí. No tuve oportunidad de interactuar con ella de ninguna manera, pero es curiosa la forma como su equipo decidió que los medios fueran a ella; no viceversa. El trato no era de candidata (es candidata, aunque le quieran llamar de otra forma). El trato parecía de autoridad electa.
Como conclusiones a las interacciones que tuve con la corcholatiza puedo opinar (por eso soy opiniónologo) que Adán Augusto y Claudia se comportan creyendo que son más importantes que candidatos; Noroña está disfrutando los reflectores; Monreal es la imagen del sometimiento y resignación; Xóchitl es quien más energía tiene; De La Madrid no tiene idea cómo conectar con el votante promedio; Mancera es un fantasma y Beatriz Paredes no quiere cambiar la vieja escuela del priismo haciendo campaña.
Finalmente, todos son políticos y hay que juzgarlos como tal. La soberbia no es exclusiva de los tetratransformadores: los candidatos opositores tienen ese mismo pecado. Todos tienen alguna idea que hacer con el gobierno (es falso el mito que no hay propuestas), pero unos tienen mejores ideas que otros. Eso ya queda en cada uno de los ciudadanos determinar quién los convence más.
La forma en que veo a cada uno de los candidatos y las candidatas no cambió significativamente tras haber interactuado con ellos. Algunos reafirmaron mis ideas previas y otros despertaron algo de curiosidad, pero nada que modificara radicalmente mi opinión: son políticos haciendo cosas de políticos
¿Usted qué opina, amable lector? ¿Tiene alguna experiencia personal con las corcholatas y