En las próximas entregas estaremos analizando la personalidad, antecedentes y escenarios de las llamadas corcholatas de Morena, rumbo al 2024 (serán incluidos Marcelo, Claudia y Adán. Sobre Monreal no tiene caso desperdiciar líneas. Ya ni él tiene ganas de competir). Iniciaremos con Marcelo Ebrard, por ser el primero en anunciar su renuncia al gabinete para hacer campaña rumbo a la encuesta que definirá el destino de los y la aspirante a presidir el Poder Ejecutivo el próximo año.
Marcelo Ebrard de manera “sorpresiva” anunció que se retiraba del cargo de canciller para ser efectiva su renuncia a partir de este lunes. El anuncio lo realizó el martes 6; sin embargo, colmilludamente pateó su salida del cargo para una semana después. En los próximos días, el resto de las corcholatas estarán haciendo lo propio. Marcelo ganó algunos días extra de cobertura mediática gratuita para tratar de crecer algunos puntos más en la encuesta.
La renuncia fue un fuego artificial. Un simple divertimento efímero para distraer a los incautos. Es una renuncia que todos los implicados habían acordado; el exjefe de gobierno de la CDMX ganó el jalón mediático, pero, bajo ninguna circunstancia es una estrategia para envolverse en la bandera, quemar las naves o brincarse las trancas. Marcelo no tiene espíritu de niño héroe, mucho menos de aventurero de la incertidumbre. Las corcholatas se separarán de sus cargos con unos cuantos días de diferencia, pero Ebrard consiguió vender la idea de su osadía (nada más alejado de la realidad).
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La página web del agua mineral San Pellgrino define su producto de la siguiente manera: La botella verde de S.Pellegrino, con su silueta Vichy única, presenta un diseño sofisticado y elegante. Tradicionales y atemporales, las botellas de vidrio premium de S.Pellegrino se destinan a los mejores restaurantes, hoteles y cafés del mundo. Es una descripción que se asemeja en demasía a las características personales de Marcelo.
Marcelo nació en el seno de una familia con ascendencia francesa. Estudió en colegios privados y sus estudios profesionales de especialidad los realizó en Francia. Ebrard es refinado, culto, de buenas maneras. Habla tres idiomas. Le gusta la buena vida y el mejor vino. Es la perfecta corcholata de un agua mineral premium: Es agua, pero con burbujas sofisticadas.
La carrera política de Marcelo inicia en el PRI a principios de la década de los 80’s. Rápidamente se convirtió en uno de los protegidos del finado Manuel Camacho. El grupo de Ebrard y Camacho fue ampliamente consentido en tiempos de Salinas. Ellos se sentían los sucesores naturales del poder, pero se les atravesó Colosio, el señor Manuel Camacho hizo pataleta y todo se terminó. Tras la trágica muerte de Colosio, el grupo camachista fue señalado como uno de los principales sospechosos y muchos tuvieron que exiliarse del PRI, Ebrard entre ellos.
La corcholata San Pellegrino terminó de diputado en el Partido Verde; para el año 2000 se acercó al PRD, de la mano de Andrés Manuel. Se conocieron en la época de la Presidencia de Salinas de Gortari. El de Tabasco organizaba manifestaciones en el Zócalo y Camacho Solís (siendo regente del DF) enviaba a su discípulo Marcelo a negociar con López Obrador los términos de las protestas.
Marcelo fue nombrado secretario de Seguridad Pública en la administración de López Obrador al mando del todavía Distrito Federal. Al excanciller le tocó lidiar con el linchamiento de dos policías transmitidos en vivo por cámaras de televisión (parece que la muerte lo persigue desde entonces en algunos de sus cargos). Tras la tragedia, tuvo que ser destituido, pero la separación no duró mucho. Fue ingresado al gabinete de nueva cuenta y terminó siendo el sucesor de López Obrador (se impuso a Claudia Sheinbaum en aquel momento).
El excanciller (se supone que ya renunció) gobernó la CDMX de manera aceptable, hasta que lo alcanzó el escándalo de la línea 12 del Metro, por corrupción y malos manejos. El escándalo se mantuvo hasta la muerte de 27 personas años más tarde (de nuevo la muerte rondando). Se llegó a posicionar como alternativa para ser candidato en el 2012 sobre López Obrador, pero Marcelo no tiene espíritu guerrero, prefirió hacerse a un lado.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto, Marcelo, tuvo que exiliarse en Francia porque fue acusado de filtrar la información de la Casa Blanca que tanto daño hizo a la figura del entonces Presidente. Anduvo dando tumbos por Estados Unidos promocionando la campaña de Hillary Clinton, sin poder regresar a México.
Tras el triunfo de López Obrador, Ebrard regresó a México y fue incorporado al gabinete de la 4t. Muchos consideran que López Obrador le debe la Presidencia porque Marcelo se hizo a un lado en el 2012; sin embargo, otros consideran que Andrés Manuel ya le pagó por regresarlo al país y desaparecer las carpetas de investigación en su contra por el caso del Metro y algunas otras que heredó del peñismo.
Marcelo Ebrard es una corcholata de agua mineral fifí. Ya le tocó vivir en el exilio alejado del poder; evidentemente no le gustó la experiencia. Alejarse del poder no es opción para el discípulo de Camacho. La buena vida se disfruta mejor en el erario. El Senado pinta para ser su nueva casa y mantenerse vigente por un sexenio más en espera de mejores zafras.
¿Usted qué opina, amable lector? ¿Qué tipo de corcholata es Marcelo?