Todavía en la década de los 80’s, los campeonatos nacionales en México resultaban muy interesantes y atractivos para los boxeadores de aquella época. Hoy en día ese interés ha desaparecido para la gran mayoría, ante la existencia de más títulos que los organismos mundiales crearon como una forma de estimular y acercar a los prospectos a las primeras posiciones de sus rankings.
Ahora existen campeones internacionales, regionales y hasta del barrio de la colonia, por lo que una sola categoría puede tener varios monarcas, incluyendo el cetro regular, o sea “el bueno”.
Hoy en día ofrecerle una pelea de campeonato nacional a un boxeador, aunque tenga un récord para llorar, es casi como ofenderlo. Se olvidan que ganar un cetro del país tiene un valor importante y agregado.
Recuerdo una vez que Julio César Chávez se molestó con su manager Ramón “Zurdo” Félix porque éste nunca se preocupó por conseguirle una pelea de título nacional. Discutieron el tema en el gimnasio de la colonia Morelos, siendo un servidor testigo de ese diálogo, en el que Chávez pedía un combate con Leoncio Ortiz, que reinaba en la división de los ligeros.
Es el mismo Ortiz al que Leonardo “Chino” Bermúdez le arrebató el cinturón a finales de los 70’s en una noche histórica en el estadio “Ángel Flores”. Julio encaró a Ramón exigiéndole ese combate, pero el “Zurdo” tenía otros planes para el gran JC, quien pocos meses después estaba enfrentando al tapatío Mario “Azabache” Martínez. La historia de ese duelo, ya todos ustedes la saben.
Cuando Julio César se retiró, en una conversación que tuvimos de casi dos horas en un vuelo a la Ciudad de México, me dijo que se quedó con las ganas de haber sido campeón nacional, y que fue el único título que le hizo falta en su famoso y brillante museo de cinturones.
El punto viene a colación, por el hecho de que este viernes en Culiacán habrá una pelea de campeonato nacional, con el local Rafael Ortiz buscando ceñirse la corona de peso medio ante el capitalino Elliot Cano. Esa fue una de las condiciones que el vencedor de Omar Chávez puso sobre la mesa para formar parte del elenco de pugilistas que pertenecen a la empresa Green Day Boxing Promotions.
Ortiz piensa, como en su momento lo hizo Julio César Chávez y otros boxeadores sinaloenses, que antes de llegar a la cima del boxeo mundial, ganaron una diadema nacional.
Sinaloa ha tenido cerca de 50 campeones nacionales en toda su historia, de Culiacán figuran nombres como el de Celso Olivas, Leonardo Bermúdez, “Pringa” Hernández, Baldo González, “Cholo” Rubio, Panchito García y otros más que mi atrofiado cerebro no recuerda.
Y uno que añoró siempre ese título, a quien la suerte le jugó chueco, fue “Chuyín” López, que tuvo su gran oportunidad ante el sonorense Norberto Cabrera, pero que no pudo cristalizar su sueño de ser campeón nacional gallo, pese a poner sobre la lona a su adversario apenas en el primer asalto.