El colectivo Beers & Politics sacaron hace unos días en redes sociales las lecciones que nos han dado estos personajes amarillos en política.
Una de la más recordada es cuando Homero se postula para Concejal de Servicios Públicos de Springfield.
Homero empieza a contar su historia y nadie lo pela: el servicio de recolección de basura no le recoge la basura como él quiere y así va a escalando el pleito hasta que Homero decide postularse contra Ray Patterson el eterno concejal de servicios públicos
La campaña empezó sin empuje, hasta que su consultor político Moe el tabernero, sin focus group, ni estudio previo, en cuatro palabras resumió el sentir de la población: ¿No puede hacerlo otro?
Y la campaña prende…
Asi con emociones cualquiera empieza a subir en las encuestas.
Al ganar Homero no sabe que hacer por más que presuma saberlo.
Al final Homero se le hace bolas el engrudo y tiene que volver el jefe anterior en voz del gran Steve Martin.
El 2018, en Sinaloa ese capítulo de los Simpson lo asemeja muy bien.
Hace dos años Sinaloa decidió por muchos Homeros en alcaldías –no todas- y en Cámara de Diputados Local y Federal. No todos aclaro.
En este 2021, se supone que Sinaloa ya cuenta con la madurez para votar por separado y pensando lentamente.
Por que si no, repetiremos el error de Springfield con Homero y el caos en nuestras principales ciudades se vería en la prestación de servicios, prácticamente colapsados.
Sinaloa ya aprendió a no dejarse llevar por emociones vacias, por que si no van a dejar destruidas las ciudades del estado ¿Destruidas como se preguntara usted? Si destruidas, en baches, alumbrado, patrullaje, servicios de recolección de basura, ojo, estoy hablando de lo que puede venir si se equivocan, no de los últimos años.
Ray Patterson, el concejal al que venció Homero, entendió la lección y volvió a ganar ¿La habrán entendido los que perdieron el 2018 en Sinaloa? Es pregunta que la gente se hace por si quiere cambiar de opinión y mire que cada vez es más.
