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Las fracturas de ser mamá

“En este país, a donde uno vaya, siempre habrá una casa hechizada, un tesoro enterrado, el ahorcado que se aparece donde sea. La superstición no nos abandona”, Bernardo Esquinca.

Huesera-Michelle Garza
COLUMNA "INVENTANDO HISTORIAS": Las fracturas de ser mamá | Internet

¿Por qué será que nos gusta ver películas de terror? Desde cintas con premisas clásicas como la normalidad de una o varias personas se ven alterados por la aparición de un ente salido del infierno, zombies devoradores de carne humana, creaciones abominables por científicos locos, criaturas que se esconden en lo más profundo de la naturaleza, la cacería de un asesino serial y entre otros matices para crear una narrativa oscura y lleno de sustos son experiencias que una gran mayoría de gente busca sentir en el cine. Después de todo, siempre ha existido un especial apego del público hacia las películas del género de terror.

Aunque estar asustados no sea de manera precisa una emoción positiva, el consumo de este tipo de historias nos sirve para elevar estimulaciones, tanto mental como físicamente, a través de estas situaciones de horror que pasa en una pantalla y reconforta al pensar que solo es ficción y nunca alcanzará a alguien. Pues las películas del género aprovechan los miedos primarios, donde tienen definido asustar, conmocionar, horrorizar y disgustar por medio de técnicas visuales y auditivas con referencias a lo sobrenatural o anormal.

Sin embargo, también nos encontramos al conocido terror psicológico, los cuales generan un ambiente de suspenso y terror sin necesitar de la presencia directa de lo sobrenatural, que son secundarios para contar una historia que explora la distorsión de la mente y corazón humana.

Un ejemplo de esto sería Huesera (2022) la ópera prima de Michelle Garza Cervera, egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica y coescrita por la guionista Abia Castillo que llegó a los cines mexicanos en febrero de este año, pero estrenada antes por diversos festivales cinematográficos reconociendo un cuento sobre la maternidad y el proceso del embarazo impuesto bajo la presión social de no cumplir con las expectativas y estándares de la mujer.

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HUESERA, Michelle Garza Cervera

Verán, la colaboración de ambas creativas presenta la historia de Valeria (Natalia Solián), una mujer y esposa aparentemente feliz de clase media, quien junto a su marido Raúl (Alfonso Dosal) intentan concebir un hijo y empezar una vida familiar entre ellos. En su deseo de quedar embarazada, Valeria incluso acude a un bosque y sube entre escaleras de piedra a un sitio de adoración a la Virgen de Guadalupe entre los cánticos de “La guadalupana” y rezos por parte de los fieles a la figura religiosa en compañía de su madre (Aida López) y su tía (Mercedes Hernández) para recibir la bendición de la morenita en su vientre y tener al fin un niño y una vida de felicidad. Esto mientras observamos a la camara alejarse hasta ver la imponente figura de adoración sobre las personas y la angustiante mirada de Valeria, que se muestra dudosa de lo que está haciendo.

Al lograr la concepción, su marido le llena de alegría ya que será papá, y aunque Valeria trate de convencerse de que es igual para ella mientras escucha las felicitaciones de su familia como “felicidades, ya se te estaba pasando el tren”, pero recordándole que nunca ha tenido buenas relaciones con los niños.

Pronto la mujer empieza a padecer visiones de un ente que se le rompe y retuerce su cuerpo y huesos. El extraño ser no viene sólo por Valeria, sino que parece ir tras su hijo. La mujer pide ayuda a espiritistas para encontrar respuestas a sus alucinaciones de lo que sea le persigue. A la vez, tiene que hacer frente al estrés del embarazo y las críticas de otras mujeres sobre la maternidad pero sin poder hablar mucho de ello hasta casi ser un tema tabú entre la sociedad y círculo de conocidos que lo único que le advierten es que “el parto, literal, sientes que se te parten los huesos”.

Huesera.-pelicula-michelle-garza

HUESERA, Michelle Garza Cervera

Desesperada debido a que cada alucinación se vuelve más fuerte, Valeria ve en Octavia (Mayra Batalla), un antiguo interés amoroso durante su adolescencia, un apoyo del cual donde sostenerse, pero teniendo que afrontar su pasado y hallarse a sí misma y lo que en verdad quiere.

Al final del día, el monstruo de la Huesera no es más que una alegoría sobre los cambios físicos y psicológicos en el embarazo y cuestiona la idea y mitos de la maternidad donde resalta lo que supuestamente es considerado bonito y pocas veces de todo lo que implica ser mamá, algo que en México es algo sagrado e intocable, pero llega un momento donde se vuelve un tema para la vida y futuro de todas las mujeres cuando en realidad es mucho más complejo, sobre todo si se trata de una maternidad deseada. Y todavía en una hegemonía de la sociedad mexicana cuya cultura siempre está muy cercana a la creencia de lo místico como ser alimentados de la religión en sí.

Y como en la leyenda mexicana de la Huesera, que sirvió de inspiración para la directora y coguionista inventar esta historia, donde la escritora Clarissa Pinkola Estés cuenta su versión sobre una anciana de característica más animal que humano, que se la pasa recogiendo huesos de todas las criaturas del desierto. Una vez que junta todo un montonal de huesos, forma el esqueleto de una animal, parecido a un lobo. Entre los cánticos de un ritual con fuego, los huesos del lobo van cubriéndose de carne y pelo, pero en el momento en que la criatura abre los ojos y respira, sin vacilar, este ser corre por el desierto alejándose de la anciana. Aunque la criatura haya cobrado vida, aún está incompleto, pero son los rayos del sol que acaba el ritual, lo que esa cosa se transforma en una mujer que sigue corriendo en libertad.

De forma metafórica, Valeria sufre ese cambio alrededor de toda la película, culminando en su liberación tras ser oprimida en su maternidad y los prejuicios de su familia, mientras los sonidos de huesos crujientes, que ha sido constante, en la película finalmente se dejan de oír.

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Rubén Lezama

Rubén Lezama

ColumnistaEditor de Contenidos

Rubén Lezama

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