Hace unos días, un gran amigo me decía: ¡No se vale! El Presidente sin querer, tal vez, está restaurando el viejo autoritarismo que tanto nos costó despejar de las viejas estructuras políticas e institucionales en el país.
Y si, el Presidente al dominar toda la escena día a día, está obligando a que la oposición se esté apertrechando silenciosamente, unos salen a las calles, pero hay otra oposición, la institucional, la de los gobiernos en las entidades federativas y en los municipios, que están al día, unos sacando el trabajo y otros buscando como detener a la 4T y otros como buscar estar bien con el Presidente aunque eso signifique exactamente lo contrario.
Después de los hechos de Coahuila, donde volvió el carro completo y en Hidalgo donde falló el Prep y fue el conteo a cuenta gotas, los Gobernadores de esos estados donde nunca ha habido alternancia, lograron fincar sus reales, aprovechándose de los pleitos de la 4T, esa operación política mandó una señal al país: si se le puede ganar al Presidente, pero siendo autoritario.
Solamente así se les puede ganar, es por eso que se está restaurando el autoritarismo, eso sí, legitimado en los votos. Pareciera que la voluntad popular se subió al Delorean, el carro de Doc y Marty McFly y viajó al pasado a los 70´s, donde cada quien cuida su parcela y en esa estructura de poder, para subir o perpetuarse solamente el uso excesivo de la autoridad es lo que rifa, pareciera que eso quisiera la gente y también el Presidente.
Pareciera que no nos gustó, pero volverá el juego del tapado, el Ministro que se va de candidato a Gobernador, la renuncia por motivos de salud, el “aquí mando yo”, pareciera que los equilibrios fueron una moda pasajera que nomás cumplió la mayoría de edad y ya no quiso seguir viviendo en este país.
Las viejas formas vuelven y nos escupen que no hemos avanzado como sociedad, por que se restauraró el poder unipersonal.
Hoy vamos a festejar el día del médico y vamos a decir que son los héroes de la pandemia y nos iremos al estadio a festejarlos, por que no los permite esa autoridad.
La autoridad que enaltece al médico con la boca, pero en los actos no le mejora el bolsillo y toma decisiones que le dificultarán la chamba.
En esta Pandemocracia tenemos un doble discurso, nos vamos a lugares donde hay gente, pero eso sí valoramos mucho el trabajo de los trabajadores de la salud, pero no hacemos nada por que tengan mejores condiciones salariales y todavía por intereses de pesos y centavos les recargamos más la chamba.
Abusamos de ellos, al cabos tienen el sentido social del que carecemos.
“Que se derrame la presa” nos dicen en redes sociales, que importa si me tomo 3 medias en un vaso que le caben 2, pareciera que el mensaje es: que importa la pandemia, si de algo nos vamos a morir, que importa, que importa que las cosas pasen de todos modos seguiremos igual.
Pareciera que a la autoridad no le importa que se derrame la presa, por que no cree que se pueda ahogar. Al cabo, ya trae todos los poderes.
Y la gente ahí sigue, tensa, con el humor pesado y no ve por dónde y para cuando… y ahí se va germinando la semilla del descontento, eso sí abriendo los ojos y va a cuidar su voto y todo lo que está pasando lo va a cobrar… por que la ciudadanía si sabe cobrar.
