Culiacán de los desfiguros, Sinaloa, 10 de agosto 2020. En varias ocasiones hemos dicho que no es cosa de apoyar o no esto y lo otro, ni de fanatismos o apoyos incondicionales, de un lado y del otro; sea por factores que es muy difícil erradicar, que tienen que ver con dinámicas incluso históricas, con los vicios y desviaciones del sistema, particularmente agudizados en gobiernos anteriores, el hecho irrebatible es que la corrupción en México permanece prácticamente igual que antes.
Cierto que, desde la presidencia, se da un fuerte discurso en contra de la corrupción y la enunciación de una voluntad expresa para combatirla, pero hasta ahora solamente es una cuestión declarativa. El fondo, y muchas de sus formas, permanecen inalterables. Ni caso en negarlo.
No se ha reducido la corrupción y la voluntad de erradicarla, sobre todo desde la máxima jefatura nacional, no ha dado los resultados que, con frecuencia, se enarbolan como si realidad fuera.
Pero ahora las cosas se están saliendo de toda proporción con el pretexto de la tal pandemia.
QUEDAN EN LA MISERIA
No hace mucho, se hizo público que una señora perdió a su esposo, a consecuencia del tal Covid/19, luego de gastar más de un millón de pesos en el tratamiento médico.
Lo internaron en un hospital privado de Culiacán, “donde en tan sólo once días gastaron 760 mil pesos en tratamiento”. Solamente al ingresar, les cobraron 80 mil pesos y, en los últimos dos días, antes de fallecer el enfermo, tuvieron que pagar 180 mil pesos por el “traslado al área de terapia intensiva”.
Del hospital privado se tuvieron que ir al Hospital Civil de Culiacán y ahí se fueron más de 300 mil pesos en medicamentos y otros gastos hospitalarios.
Hasta hace unos días, la familia todavía debe 25 mil pesos en el Civil y el costo del plan funerario.
CORRUPTOS INFAMES
Además de esa infame realidad, y por otra parte de la misma hechura, el costo de medicamentos comunes en farmacias se ha disparado, en algunos casos hasta en un mil por ciento, sin exagerar; los laboratorios hacen también su agosto cobrando por pruebas del mentado Covid (de dudosa eficacia) por lo menos mil 300 pesos, la más barata, pero hasta cinco mil o más en otros de esos negocios.
Eso pasa en Sinaloa (y seguramente en los demás estados) mientras aquí el gobierno de Quirino se la pasa haciendo declaraciones inanes y la Profeco es una fantasmagoría, así como todas las demás dependencias que algo podrían hacer, si no fuera por sus complicidades.
Una verdadera infamia lo que está sucediendo. Negociantes sin escrúpulos y gobernantes cómplices, se merecen todos los calificativos que aquí, por respeto al lector, no pondremos.
QUEDADAS DE BIEN
El presidente López Obradoraseguró que Quirino Ordaz “es buen gobernador pues entiende muy bien cómo se integran los presupuestos y cómo se rige la repartición de los recursos desde la Federación hacia los estados”.
Al supervisar la obra de revestimiento del Dren Bacurimí de Culiacán, hace unos días, en su séptima visita a Sinaloa, AMLO subrayó que Ordaz Coppel está alejado de “politiquerías”.
Igualito que antes, se desvivieron en halagos, unos y otros: puras quedadas de bien y la realidad de un gobierno moroso e ineficiente, bien gracias.
Que no está, Quirino, metido en ‘grillas’ ni ‘politiquerías, dijo AMLO. Habrase visto.
Y decir eso es politiquería, ni más ni menos. Les guste o no.
EN EL TINTERO
-Un ladrón que participó, en Iztapalapa, en el robo de una casa, fue linchado y murió minutos después en un hospital; otro sujeto fue sorprendido cuando escapaba de un robo, lo golpearon y arrastraron. Como no hay seguridad y privan la corrupción y la impunidad delincuencial, una barbarie a la otra.
-Demasiadas vueltas le dan en México al asunto de las marrullerías del llamado “Partido del Trabajo” (con la evidente anuencia de Morena) para hacerse de la presidencia camaral. Es lo mismo, exactamente, de antes, y punto.
-Las ventajosas Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores) “registraron plusvalías de 60 mil 562 millones de pesos durante julio pasado, en los recursos pensionarios de los trabajadores mexicanos”. Un dinero que manotean, sin ser de ellos, que no regresan (ni siquiera los fondos mínimos) con la clara complicidad del gobierno actual. Igual que antes.
-El financiamiento público para los partidos el año que entra será de 7 mil 226 millones de pesos, según aprobó el Consejo General del INE. ES un aumento de más del 37% con respecto al presupuesto de este año. La cuestión es: ¿realmente le sirve de algo al pueblo mexicano?
-Los informes pandémicos cada vez se parecen más a los pronósticos meteorológicos: cuando está lloviendo, es que está lloviendo. Todo lo demás es “probable”, “a lo mejor” y “¿quién sabe?”