En la mitología de Tolkien (El señor de los anillos), los Ents son criaturas milenarias encargadas de cuidar los bosques. Son árboles gigantes con la capacidad de hablar y de moverse extremadamente lento. El propio lenguaje de los Ents es lento y pasmado… son árboles que se mueven a velocidad de árbol. Estos cuidadores de bosques suelen estar ajenos a los problemas del mundo que los rodea. No se meten en los conflictos del mundo exterior y pueden ver el mundo arder; sin embargo, cuando la lumbre llega a sus bosques deciden emprender marchas de guerra.
Al igual que los Ents de Tolkien, en México existe un sector de la sociedad que se mueve a la velocidad de los árboles. En contadas ocasiones, las clases medias deciden movilizarse para defender causa alguna. La clase media está metida en lo suyo: en trabajar y prepararse. Desde luego que las otras clases sociales tampoco tienen un amor mayúsculo por la política, pero, por desgracia, las clases vulnerables son más susceptibles a ser movilizadas ante las amenazas de perder los derechos de programas sociales (también prefieren dedicarse a trabajar) y las clases altas son tan reducidas que sus movilizaciones son inexistentes.
Este domingo, cientos de miles de personas salieron a marchar en varios estados del país. El pretexto fue la defensa del INE; en el fondo, la causa que unió a esos contingentes fue poner un alto a los avances en la política de control de las Instituciones de parte del gobierno morenista. Las clases medias decidieron hacerse sentir. Fueron muchos los insultos de López Obrador proferidos este sector como para seguir escondidos detrás de la indiferencia. Durante dos semanas consecutivas, el presidente de México decidió emprender una campaña de insultos en contra de todo aquel que decidiera manifestarse: Clasistas, racistas, hipócritas, aspiracioncitas y demás linduras mañaneras estuvieron presentes en las conferencias de prensa dictadas desde Palacio Nacional.
“La gente no acepta a los políticos que insultan. La gente está muy despierta y ya no acepta a los políticos que solo quieren pelear. Se ven mal”, dijo Andrés Manuel López Obrador en su conferencia del día miércoles 9 de noviembre. Parece que tenía razón, Andrés Manuel despertó a los Ents: Los hizo marchar. Defender al INE fue la bandera, sin embargo, al parecer las protestas no se detendrán ahí. Los Ents ya aprendieron a marchar y les gustó. No tienen experiencia, los orcos les ganan en ese renglón, pero los seres del malvado Saurón huyeron despavoridos cuando los árboles decidieron marchar.
Las clases medias mexicanas son las que despertaron el movimiento del 68. Los y las profesionistas encendieron la mecha con las protestas de las batas blancas en la década de los 60´s. Esas protestas abrieron el camino para los estudiantes y obreros. Es justo reconocer que este gobierno no es represor físico de las protestas como el de Echeverría, pero la protesta política narrativa es igual o peor. La represión del gobierno morenista puede no ser física, aun así, desde el poder fustigan de manera sistemática a todo aquel que no comulgue con sus ideas. Hay muchas formas de represión y cuando el presidente decide atacar con injurias a millones de sus ciudadanos entra en una de las categorías represoras.
Una marcha no sirve de mucho; el presidente lo sabe; por eso se burla de los fifís. Ya lo hizo cuando fue jefe de gobierno. Desestimó que cientos de miles de personas se manifestaran en su contra con el tema de la inseguridad; la llamó la marcha de los pirruris. El presidente, en su concepción, considera que pueblo es solo aquél que gana el salario mínimo y necesita de sus programas sociales para salir adelante. Se está equivocando. El pueblo es mucho más grande. El pueblo pocas veces es estridente; por lo general, el pueblo guarda silencio hasta que decide no hacerlo. Es ahí donde el valor de la marcha del domingo cobra valor. Se muestra el espejo al presidente de un pueblo plural más allá de sus seguidores acérrimos. López Obrador gobierna aun para sus odiados fifís.
Seguramente, la presidencia de la Republica mostrará comparaciones entre las marchas que organizaba López Obrador desde la oposición y la que vimos el domingo. Veremos a un presidente burlón e insultante toda la semana en sus mañaneras. Mostrará sus listas de conservadores marchadores y fotos de algunos de los manifestantes asistentes. No entenderá que la marcha puede ser el inicio para borrar su legado en el 2024, en el 2030 o cuanto tenga que ser.
Los Ents marchan y no había necesidad.
¿Usted qué opina, amable lector? ¿Marcharon o los marcharon?