La Federación Mexicana de Boxeo decidió hacerle justicia al mazatleco Radamés Hernández, incorporándolo al grupo técnico que trabajará en la esquina con los pocos mexicanos que estarán en la fiesta cuatrienal de París este año, entre ellos Marco Verde, el diamante en bruto que el gran “Rada” vino puliendo desde que el pugilista llegó al desaparecido CARB en 2013.
El organismo boxístico realmente se había tardado no solo en reconocer el trabajo del sinaloense, sino en renovar su plantilla bastante cuestionada por los últimos resultados. Hernández, además de darle frescura a ese cuerpo de entrenadores, habrá de imprimirle sus amplios conocimientos que lo distinguen como el mejor instructor de esa disciplina en Sinaloa, dicho y certificado en su momento por el cubano-mexicano Juan Fontanill, de quien Radamés fue su brazo derecho en los años que el Centro de Alto Rendimiento de Boxeo le dio las mejores satisfacciones al pugilismo estatal.
Sigue las columnas de Luis Alfonso Félix en la sección especial de Línea Directa
Además, la figura de Hernández en la esquina de Verde en las Olimpiadas es un punto de motivación más para el pugilista sinaloense, el primero que da ese importante paso desde que su padre Sammy Verde y el mochitense Édgar Ruiz participaron en esa fiesta en 1992 teniendo como sede a Barcelona, España.
Enhorabuena Rada
MONARCA. Marco Verde ganó el campeonato de su división en el Nacional de Boxeo Elite (Primera Fuerza) la semana pasada. Normal, tomando en cuenta que desde hace buen rato nadie le hace sombra en su categoría y que, por ende, todos esos años de lucha, constancia y sacrificio le valieron conseguir el año pasado el boleto para los Juegos Olímpicos de París.
Pero no quiero enfocar esta entrega en su victoria, sino en la pobre cosecha de nuestro estado en dicha competencia anual, en cuyo certamen, durante la existencia del Centro de Alto Rendimiento de Boxeo en Los Mochis y el cubano-mexicano Juan Fontantills como responsable, los resultados eran más halagadores y positivos.
La desaparición del CARB se llevó consigo el declive del boxeo amateur en Sinaloa, luego de que en el 2013 la primera generación levantó la posición del estado en el ranking de un vigésimo lugar a alternarse entre los tres primeros. Los números no mienten: pocos participantes y menos medallas en las últimas Olimpiadas Nacionales y el Elite.
Pero el problema no está totalmente en que el Centro como tal, ya no exista. Hoy en día el entrenador de gimnasio trabaja con el pugilista no pensando en medallas, sino en el profesionalismo. Los muchos o pocos elementos con cualidades que han surgido en los últimos años sueñan ahora más en fama y fortuna que un podio olímpico.
