Falta conocer a detalles los diversos puntos que se plantea modificar en el Contrato Colectivo de Trabajo que rige la relación entre la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Guasave (Jumapag) y el sindicato de trabajadores al servicio de la misma, y sobre todo que las partes lleguen a los acuerdos correspondientes.
En tanto se conoce a detalle toda esa información, es necesario socializar algunos de los beneficios actualmente vigentes y que pese a la defensa que hace de ellos la cúpula sindical, son a todas luces privilegios voraces, abusivo e insostenibles, porque en lo general no representan beneficio alguno para los auténticos trabajadores.
En tanto se hace el ejercicio, debemos partir de una aspiración elemental y justa: que cualquier cambio que se haga, cualquier modificación que se tenga en la normatividad que rige la relación laboral entre trabajadores y empresa, se garantice absolutamente que ningún derecho de quienes realmente trabajan se verá afectado.
Pero vamos al análisis de puntos leoninos que justifican una modificación, sobre todo en una situación de severa crisis de la parte patronal, prácticamente imposibilitada para cumplir con esas y otras inexplicables obligaciones a las que mediante corruptas complicidades entre líderes sindicales y autoridades se comprometió.
1.- La Junta le entrega lo correspondiente a un salario mínimo por trabajador sindicalizado como cuota anual a la CTM. Eso significa una erogación por el orden de los 43 mil pesos anuales, partiendo de 420 sindicalizados y un salario mínimo general de 102.6 pesos. Se trata de dinero público a un apéndice priista por el solo hecho de abrogarse el derecho a representar a los trabajadores. ¿Es justo esto, le sirve a los empleados?
2.- Hace el pago de tres teléfonos celulares con gasto mensual de 500 pesos para uso de los líderes sindicales. ¿Y si lo pagaran ellos con los excelentes salarios que perciben?
3.- También la junta paga el mantenimiento preventivo y correctivo de todos los vehículos propiedad del sindicato, además de aportarle una cuota anual de 20 mil pesos para la adquisición de nuevas unidades. ¿Se justifica, es necesario, pero sobre todo, hay motivos reales para mantener esa prerrogativa?
4.- La Junta le paga al sindicato 12 mil pesos mensuales para el consumo de gasolina de sus vehículos. Son 144 mil pesos anuales para tal efecto. Los vehículos los usan los dirigentes. ¿Alguien tiene una justificación para seguir regalándoles ese dinero, en vez de que paguen el combustible de su sueldo?
5.- La Junta le hace llegar al sindicato recursos públicos por 36 mil pesos anuales para el mantenimiento del edificio propiedad del sindicato. Con la novedad de que no funciona su edificio, no se le da mantenimiento y en cambio se les sigue entregando ese dinero. ¿En verdad se les debe seguir entregando, solapándoles tal sinvergüenzada? ¿Acaso se les reparte en partes iguales a cada sindicalizado
10.- La Junta también paga lo equivalente a 2.5 salarios mínimos cada año por cada trabajador sindicalizado para la festividad del aniversario del sindicato. Son 107 mil pesos anuales, de lo que los usuarios pagamos por el servicio. Cada quien debe tener la libertad de celebrar un aniversario, de lo que sea, si quiere festejar que lo haga, finalmente es su gusto, perfecto, pero que lo haga con su dinero. Que le cuesten sus gustos y que no los endilgue a los usuarios que pagamos por el servicio que recibimos a fin de que este sea de mejor calidad.
Es el momento de las definiciones. Que las autoridades municipales digan de qué lado están. La disyuntiva es sencilla: O solapan a corrigen.
Insisto: hay cosas que tienen que acabar, excesos inadmisibles que es necesario cancelar, prerrogativas inmoderadas que no se pueden sostener, concesiones inadmisibles que se deben desterrar, pero sobre todo actitudes cómplices y desvergonzadas de líderes y autoridades que ya no se pueden tolerar.
Y todo esto, es necesario, puntualizar, sin apartarse un ápice en el respeto absoluto de los derechos y beneficios que han ganado los auténticos trabajadores de la junta con el paso de los años. Nada más.