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Fin de semana glorioso

El boxeo mexicano le hizo honor a la Semana Santa con un Sábado de Gloria y de Resurrección, conquistando tres campeonatos mundiales y reteniendo -milagrosamente- uno...

Luis Alfonso Félix
Luis Alfonso Félix | Foto: Línea Directa

El boxeo mexicano le hizo honor a la Semana Santa con un Sábado de Gloria y de Resurrección, conquistando tres campeonatos mundiales y reteniendo -milagrosamente- uno más, para erguirse como uno de los países más dominantes en la actualidad en cuanto a títulos se refiere.

Tal vez no nos resulta extraño festejar a los cuatro vientos esos triunfos, porque precisamente este deporte es el que, históricamente, más satisfacciones le ha dado siempre a nuestro país. Y si no me creen, chequen esa lista en la que más de un centenar de compatriotas ha alcanzado la cima.

Pero de las cuatro victorias obtenidas entre viernes y sábado, me parece justo recalcar que la más sobresaliente fue la de Isaac “Pitbull” Cruz, un boxeador de pequeña estatura, pero corazón y pundonor grande. Noqueó al hablantín Rolly Romero para alzarse con el cetro superpluma de la AMB, haciéndolo que se tragara sus palabras cuando sentenció que lo aniquilaría en apenas 30 segundos.

Cruz no es un dechado del boxeo elegante. Por eso lo hace muy diferente a los demás. Lo imagino como un pequeño “Tyson”, lanzando golpes a diestra y siniestra, un estilo y estrategia que le ha dado un sello propio, generoso y además exitoso. Pelea para el público y eso le ha sumado seguidores, al grado de que con este triunfo subió a un siguiente nivel.

Su aplastante triunfo sobre Romero matizó un sábado de gloria alcanzando la gloria misma en la meca del boxeo, Las Vegas, ante miles de fanáticos presentes y algunos millones postrados frente a la pantalla chica en varios países del planeta, los mismos que vieron surgir a quien pudiera calzarse los zapatos como el mejor boxeador de México y de la región, para no caer en una exageración.

La resurrección llegó con Valdez y Ramírez. El primero volvió a los primeros planos con una contundente victoria sobre el australiano Liam Wilson, a quien vapuleó para ceñirse el interino título superpluma de la Organización Mundial de Boxeo, lo que sirvió para borrar las dos malas experiencias que venía arrastrando con sus derrotas ante Shakur Stevenson y “Vaquero” Navarrete, cuyos reveses dieron pauta a que sus detractores le recomendaran el retiro por la forma como fue superado.

Ramírez también salió del ostracismo, y lo hizo para erizarse como nuevo campeón mundial de peso crucero y patentar su nombre como el primero en toda la historia de nuestro país en reinar en esa categoría. Su victoria por puntos ante Arsen Goulamirian lo reivindicó luego de un bajón tremendo a su carrera salpicada por su indisciplina, entre otras cosas.

Por su parte, Julio César Martínez conservó el campeonato mundial mosca del CMB con un triunfo poco claro -al menos en mi opinión- sobre el venezolano Angelino Córdova. El “Rey” tendrá que haberle agradecido al médico de ring que no le hubiesen detenido el combate como consecuencia de dos peligrosas heridas en las cejas, y también a los jueces que lo vieron ganar de manera mayoritaria, incluso con puntuaciones muy ilógicas, que tampoco debe de extrañarnos de la Comisión Atlética de Nevada.

Fuente: Internet

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Luis Alfonso Félix

Columnista

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