¡Puras vergüenzas! La selección nacional de futbol no da para más, le duela a quien le duela y le incomode a quien le incomode. La derrota sufrida ante Estados Unidos (ya se hizo costumbre) confirma que además de mediocre, va a la baja, y no precisamente de ahora.
Los “gringos” volvieron a humillar al tricolor, pero esta vez de fea manera. No fue un marcador escandaloso, aunque algunos consideran que el 3-0 es goleada. Lo más vergonzoso fue la forma como los dominaron, de principio a fin, controlando el balón y sin darles muchas opciones de disparar al arco. No fabricaron jugadas de peligro, parecían unos ratoncitos verdes queriendo quitarle la pelota al rival.
Estados Unidos enseñó más técnica, más enjundia, pundonor y hambre de triunfo. México no supo siquiera que estaba parado sobre una cancha de futbol. Y en la desesperación de no cristalizar sus jugadas y las faltas de opciones ofensivas, tuvieron que recurrir a la entrada fuerte, a las faltas y los golpes. Eso provocó dos expulsiones en las que los estadounidenses se engancharon y terminaron perdiendo a dos hombres que necesitarán para la final de ese torneo denominado National League Cup.
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Después del desaguisado viene lo de siempre: culpar al técnico y pedir la salida de ciertos jugadores, como el caso del arquero Memo Ochoa quien podríamos decir que resulta el menos culpable porque los goles recibidos no fueron de su incumbencia, sino por la débil marcación defensiva.
Diego Cocca amaneció el viernes en boca de todos, principalmente de quienes ya demostraron ser sus detractores. Muchos de ellos hasta festejaron su designación como director técnico, pero ahora lo crucifican y piden su inmediata remoción. Es una historia que ya vi en repetidas ocasiones y que no debe espartanos mientras no se respete un proceso que. para el caso de México, no será de la noche a la mañana cuando nos hace falta crecer mucho.
Cocca aceptó la responsabilidad de ser el entrenador consciente de que en México no existe material humano competitivo. Eso lo sabemos mucho, entonces, hay que disminuir las presiones exigiéndole resultados positivos cuando realmente no tenemos.
Por lo pronto el gafete de “Gigante de la Concacaf” lo hemos perdido desde hace buen rato (si es que realmente en algún momento lo fuimos), porque de gigante solo tenemos los estadios y las pilas enormes de dinero que genera la selección nacional en territorio estadounidense. Tenemos que aceptar que los objetivos no son sobresalir en el terreno de juego sino engrosar las cifras millonarias que crecen con este tipo de participaciones. Son los gringos los verdaderos gigantes de Concacaf.
FINALISTAS. Pero mientras que toda la atención y grandes privilegios está enfocada a la selección mayor, allá en Francia a temprana hora del viernes un seleccionado nacional conformado por elementos que no están en el radar de Cocca y los directivos, lograron la hazaña de avanzar a la final derrotando en penaltis al anfitrión.
En esa ronda se enfrentarán a Panamá, al que en el papel deben vencer. Pero…. Esta selección fue conformada por jugadores poco conocidos en la Liga Mx, pero también con elementos de la división de ascenso. Es una muy buena oportunidad para todos ellos de destacar, y por qué no, de ser tomados en cuenta para la selección “grande”.