Si algo les faltaba a los Atléticos de Oakland para firmar una de sus peores temporadas en su historia de las Grandes Ligas (sino es que la peor), es que les lanzaran un Juego Perfecto, que les cae como anillo al dedo para considerarla como la cereza en el pastel. Y, ojo, podría no ser la única en la actual campaña en la que registran el récord más negativo con sus 21 victorias a cambio de 61 derrotas.
La joya de pitcheo se las recetó el dominicano Domingo Germán (Yankees) ante su propio público que en la novena y última entrada no tuvo otra opción más que apoyar y aplaudir al isleño, porque, aunque resultara en contra, querían ser testigos de esa hazaña que no sucede muy a menudo en los parques de pelota.
Estos Atléticos han arrastrado con el nombre de una de las franquicias más gloriosas de las Ligas Mayores, cuyos mejores años los cincelaron en la década de los 70´s cuando aquellos famosos “bigotones” eran invitados casi por default a la postemporada y que ganaron durante tres años consecutivos (de 1972 a 1974) la Serie Mundial. En esas conquistas se vio involucrado el mexicano Horacio Piña.
Hoy los Atléticos no solamente están luchando por sacudirse la etiqueta del más malo de la campaña 2023, sino de continuar también en esa plaza. Mucho se ha hablado de que emigrarán a Las Vegas en un par de años, algo que su afición no está muy de acuerdo y que lo demuestran manifestándose en cada uno de los partidos.
Esa posible mudanza por la que están pasando me recuerda a la de los Algodoneros de Guasave, cuando sus aficionados habían sido advertidos de que apoyaran al equipo o los dejarían sin beisbol. La historia ustedes la conocen: los Algodoneros se fueron para convertirse en Charros de Jalisco, antes de que por obra y magia del actual presidente de la República les regresaron su pasatiempo favorito.
Oakland amaneció este jueves a 29 juegos del primer lugar Rangers de Texas y 23.5 juegos de la tercera plaza de comodín. Su marca es de 21 triunfos a cambio de 61 derrotas. Hace dos semanas consiguieron hilvanar media docena de victorias en lo que parecía un repunte. Pero todo fue una llamarada de petate. Volvieron al “modo” perder y perdedor, y su proyección es rebasar fácilmente las 100 derrotas, cuando apenas se ha consumido la mitad del calendario regular.
Los Atléticos no recibían un doble cero desde el 13 de julio de 1991 cuando cuatro lanzadores de los Orioles les etiquetaron el NO-NO.
PERFECTO. Domingo Germán cinceló una joya de pitcheo dentro de un repertorio del que sobresalieron las curvas. Les dio de comer de la mano a una defensa que solo confirmó esa noche el pésimo momento por el que atraviesan.
Las Grandes Ligas no registraba un Juego Perfecto desde el 2012 cuando el venezolano Félix Hernández se cubrió de gloria la noche del 15 de agosto en contra de los Marineros. Fue al mismo tiempo el número 24 en la historia del mejor béisbol del mundo y el cuarto para la franquicia de los Yankees de Nueva York. Los anteriores habían sido obra de Don Larsen (1956), David Wells (1998) y David Cone (1999).
La actuación de Domingo Germán resulta más sorprendente todavía porque venía de dos apariciones muy malas, en las que había permitido 17 carreras (15 limpias) en apenas 5.1 episodios. Estuvo muy cerca de hacer historia como el quinto serpentinero en la historia de los Yankees a quien le hicieran siete o más carreras en tres juegos consecutivos.
Germán presume ahora de pertenecer a una microscópica lista de latinoamericanos que alcanzaron la perfección en una noche, en la que acompaña, además de Hernández, al famoso “presidente” Dennis Martínez que el 28 de julio de 1991 se lo etiquetó a los Dodgers de Los Ángeles jugando para los desaparecidos Expos de Montreal.