Cuándo la Junta Gubernativa declaró a Mazatlán (15 dic de 1821) puerto de altura, muy pronto se llenó de españoles, alemanes, franceses, ingleses y chinos que se establecieron en el puerto para ejercer el comercio.
Entre estos extranjeros llegaron dos jóvenes alemanes: los hermanos Jorge y Enrique Melchers. El primero de enero de 1840 abrieron las puertas de su negocio llamado Melchers Hermanos y Compañía.
La minería fue en el siglo XIX la actividad económica más importante en Sinaloa, por lo cual la Casa Melchers dotaba de herramientas a los mineros. Además de aperos para mineros y agricultores había una sección de muebles para el hogar. Casa Melchers dotó de palas, martillos, azadones, zapapicos, serruchos, cucharas para albañil, plomadas, cepillos de carpintería, garlopas. Al poco tiempo, además de una ferretería, fue una casa bancaria.
Casa Melchers prosperó tanto se vio obligada a abrir sucursales en Culiacán, Mocorito y El Fuerte. Ampliando el catálogo de sus ofertas. Casa Melchers importó de Europa, principalmente de Alemania, los primeros instrumentos musicales que se conocieron en Sinaloa: el piano, violín, acordeón, contrabajo, flauta, trompeta, clarinete, trombón, tambora, tarola, batería, y un pequeño órgano que se convirtió en el primer instrumento musical para jóvenes campesinos y pastores.
Gracias a Casa Melchers se empezaron a formar en Mazatlán los primeros conjuntos de música de cuerdas con violines y contrabajos, pero sólo para amenizar las fiestas de las familias prósperas del puerto, especialmente de origen europeo.
Pero la música de viento se propagó muy rápido en las capas bajas de la sociedad sinaloense. La tambora no tardó en aparecer en las plazuelas, y después en los bailes populares. Los primeros músicos de oído, de orejas, tuvieron origen campesino.
El maestro Refugio Cuco Godínez, según, Don Miguel Valadéz Lejarza, organizó la primer banda de música de viento en el Venadillo, a finales del siglo XIX. José Virgen formó otra banda de música en Concordia. Los alumnos de don Refugio Godínez y don Gabriel R. Osuna formaron sus propias bandas y se desparramaron por Villa Unión, La Noria, Walamo, San Javier, Mesillas, El Rosario, Chametla y Escuinapa. La pujanza del carnaval de Mazatlán se apoyó en la tambora, quien fue uno de los principales atractivos del carnaval.
Pocas semanas después de la llegada de los invasores a Mazatlán, 13 de enero de 1865, al mando del mariscal Armando D´Castagny, se presentó en la Plazuela Machado la banda militar francesa, bajo la dirección del maestro J.C. Saverthal. Después de ofrecer marciales aires franceses, el maestro Saverthal interpretó La Paloma, una canción cuyo autor era el cubano José Iradiar, que era la favorita de la emperatriz Carlota Amalia, esposa de Fernando José Maximiliano de Habsburgo.
Hay la presunción de que aquel aire marcial se trasladó a la naciente banda de música de viento.
En esta semana el Congreso del Estado de Sinaloa emitirá un decreto para que la música de banda se celebre año con año, en un día en específico. Además, el miércoles 28 de este mes, se presentará en el Salón Constituyente, del Congreso del Estado de Sinaloa, el libro titulado Germán Lizárraga, el heredero, del autor Cristian Daniel Torres Osuna.
Para la elaboración de este artículo se consultaron el libro Música de Viento de Herberto Sinagawa Montoya, y el libro En Sinaloa nací. Historia de la música de banda de Helena Simonett.