La franquicia más poderosa y ganadora de la Liga Mexicana de Beisbol sufrió su séptimo fracaso consecutivo. Los Diablos Rojos del México fueron borrados del mapa por unos Pericos de Puebla que se crecieron en las semifinales de zona tras haber alcanzado el boleto como “mejor perdedor” de su zona, y al que muchos, si no es que todos, lo etiquetaron como presa fácil de los capitalinos.
Pero el beisbol sigue siendo tan impredecible, que una vez más debimos esperar hasta que cayera el último out.
Los rojos capitalinos dominaron el calendario luego de un arranque muy malo que le costó el puesto al manager Juan Gabriel Castro apenas iniciada la campaña. El 7 de mayo la directiva no toleró aquel récord negativo de 6-9 y el sinaloense terminó saliendo por la puerta de atrás. El equipo fue otro de la mano del “Flamingo” Bojórquez, al grado de encabezar la zona sur.
Pero no solo los Diablos quedaron en la lista negra de los fracasados. En el norte los Acereros de Monclova, Toros de Tijuana y Sultanes de Monterrey, también se han convertido en espectadores de las finales de su grupo. Se trata de tres franquicias con el poder económico para ser siempre protagonistas.
Monclova tuvo una campaña para el olvido y se clasificó de milagro. Fue el sexto lugar de grupo gracias a que Durango patinó en esa última serie en la que se jugaba el boleto junto a los Acereros. Tampoco al equipo le funcionaron tantos movimientos y contrataciones. Simple y sencillamente nunca carburó.
Tijuana es una franquicia que parece haber nacido para estar siempre en la postemporada. Pero con todo y el tremendo roster en el que junto con Laredo abusaron de los pochos y nacionalizados, fueron humillados por los Algodoneros del Unión Laguna, cuya franquicia no puede competir en lo económico con los bajacalifornianos.
Y qué decir de Monterrey. Los Sultanes presumieron de uno de los planteles más exquisitos en la baraja nacional con Sebastián Elizalde, Víctor Mendoza, Ramiro Peña, Daniel Castro, Roberto Valenzuela y Christian Villanueva, por citar algunos, pero al final terminaron también fracasando.
La final del Norte la protagonizarán Tecos de los Dos Laredos contra Unión Laguna, con un pronóstico reservado después de la hazaña que hicieron estos últimos ante Tijuana. Pero si de señalar un favorito se trata, entonces apúntenme a los tamaulipecos, cuya franquicia ha sido duramente criticada por el excesivo uso de pochos y nacionalizados.
En varios de sus encuentros Laredo no utilizó en su orden al bat a un pelotero nacido en nuestro país. Con ellos no encaja aquello de que la LMB tiene entre otros de sus objetivos, impulsar el talento de casa. Para nada.
La final del sur será entre Puebla y Yucatán. Serie muy pareja con unos Leones ligeramente favoritos después de la hazaña que realizaron los Pericos. Yucatán va por el bicampeonato.
Por cierto, de los cuatro sobrevivientes el equipo con más años sin saborear las mieles de un campeonato son los Tecolotes. La última vez que destaparon la sidra fue hace 73 años. Ya llovió.