Nada que reprochar en estos dos primeros encuentros de la serie final entre Cañeros y Algodoneros. Nos ofrecieron en el arranque par de partidos que rebosaron de emociones y donde quizá el único punto a consignar sería la actuación de Nico Tellache el sábado, porque el serpentinero no estuvo a tono de lo que caracterizó a Guasave en la campaña regular: su fortaleza en el pitcheo abridor.
Excepto esa mala salida y el regreso titubeante de su cerrador Brandon Koch, los dos cotejos que por cierto han colocado a Los Mochis arriba en esta batalla, han sido de clase premier, dignos de una auténtica serie de campeonato y también para enmarcar y recordar por mucho tiempo. ¿O no lo cree usted así?
Mire que Tellache inspiraba más confianza que un político antes y después de ser electo. Pero el béisbol es tan impredecible, que hasta el mejor cazador se le escapa la liebre. El hombre no completó ni las cuatro entradas. Para él fueron 5 de las 9 carreras en 3.1 episodios, convirtiéndose el chamaco Juan Uriarte en su peor pesadilla recibiendo de este un hit que igualó la pizarra 1-1 y después un cuadrangular de 3 carreras que los catapultó a la victoria.
Al día siguiente Jeff Kinley hizo la tarea en función de lanzador abridor, regalando a su afición una soberbia actuación de solo una carrera en 7 innings, pero que Koch se encargó de borrar de un plumazo con aquellos jonrones de Roberto Valenzuela y Rodolfo Amador en la novena entrada.
Batazos ambos que detonó en escandalosa celebración de la afición verde que se comía las uñas después del desempate 2-1 que le permitía a Guasave recuperar la mínima ventaja. Koch falló y en el momento que menos les convenía a sus compañeros. Oscar Robles se la jugó con su mejor carta. Era un movimiento obligado tras recibir el visto bueno del cuerpo médico. Lo digo porque no faltó quien le criticara el no haber dejado a Rafael Córdoba quien supo desempeñar bastante bien el rol de apagafuegos emergente.
Si algo habría que lamentar tendría que ser la sequía en el bateo oportuno para los albiazules. Recordar que en la tercera entrada del primer juego colocaron a los dos primeros bateadores en las bases sin out. Sebastián Elizalde no pudo hacer la chamba tocando la esférica y terminó cediendo dos outs en su batazo. Esto como un solo ejemplo.
TRASLADO. La serie continuará ahora en Guasave a partir del martes. Tal vez las cosas resulten distintas porque los Algodoneros en su casa pueden tener la motivación de esos aficionados que sueñan, suspiran y ruegan a todos los santos terminar con tan prolongada sequía.
Pero por la cercanía de ambas plazas no creo que todas las gradas estén pintadas de azul. De eso se encargarán los revendedores que brotan como los punteros, esos que cuidan y protegen los intereses de ya sabes quién.
En Guasave tiene que pesar la localía si queremos que esto no concluya en cuatro juegos. De lo que si estamos seguros es que, con más seguidores de Guasave o no, sobre el terreno de juego seguiremos viendo una excitante guerra, tal y como los dos equipos se encargaron de plantearla desde el momento mismo en que decidieron sus boletos a la gran final.