Entramos a la antepenúltima semana del calendario regular en las Grandes Ligas, y mire usted que, comparada con la pasada campaña, no existen esas enormes distancias entre un líder de zona y sus perseguidores inmediatos en la lucha por asegurar el boleto a la postemporada.
En el 2023, recordemos, los Dodgers de Los Ángeles empezaron septiembre casi con el pase asegurado a los playoffs. Llegaron en el mes patrio al centenar de victorias y terminaron sacando ventaja de 16 juegos al sublíder Diamondbacks de Arizona como ocupantes del segundo sitio.
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Hoy los Dodgers siguen conservando esa mística poderosa que les conducirá, sin duda alguna, a ganar por cuarto año consecutivo el título de la división Oeste en la Liga Nacional. Sin embargo, no están todavía en condiciones de cantar victoria porque a falta de 19 juegos (para ellos) y entre 17 y 18 para el resto, su ventaja es apenas de seis partidos sobre unos Padres de San Diego que aprendieron la lección y no aflojaron el paso. Digamos que cabalgan en caballo de hacienda.
Ustedes recordarán que San Diego estaba convertido en un conjunto muy sólido al arrancar agosto del 2023, pero de pronto cayeron en una racha muy negativa que terminó instalándolos en el tercer casillero a 18 juegos de distancia de los angelinos.
Los Padres representan en estos momentos la amenaza más fuerte para Dave Roberts y su tropa encabezada por el fenómeno Shohei Othani, con un Arizona inconsistente en esta recta final que podría costarles uno de los boletos de comodín a cuya lucha se metieron gracias a una oleada de buenos resultados.
A los Dodgers los etiquetan muchos en postemporada y hasta ganando la Serie Mundial. Pero además de San Diego, ellos luchan contra los Cerveceros y los Filis de Filadelfia en el tema de eludir la eliminatoria del comodín. Los Ángeles tienen ventaja solo de cuatro juegos sobre Milwaukee, en un sistema donde el porcentaje más bajo de los ganadores de división se eliminará en una lucha de tres partidos contra el tercer mejor comodín.
La guerra entre los tres punteros, además de asegurar la calificación, estriba también en evitar esa ronda que provocaría presión y el uso de sus mejores abridores. La quema de esos cartuchos los obliga a iniciar la siguiente batalla –a ganar tres de cinco- con sus ases del montículo.
Pero especular que los Dodgers crucen ese camino queda solo en eso, en especulaciones. La realidad es que con el poderoso plantel que tienen, la franquicia transita cómodamente para llevarse el primer lugar del grupo, el primero de la Liga Nacional y también el mejor récord de todos, lo que le daría la localía en la disputa de la Serie Mundial.