Frente a un público, que sostenía la sonrisa con sus comentarios, que lo mantenía bajo su tutela; sobre la consiga de una pregunta, el escritor Paco Ignacio Taibo soltó las amarras de su lengua y para sorpresa de la concurrencia dijo “sea como sea, se las metimos doblada” para afirmar su próximo nombramiento como director del Fondo de Cultura Económica, y del cual no podía tomar posesión por ser nacido en España y nacionalizado mexicano. La leyes mexicanas que los mexicanos desconocemos (no me diga que no) dicen eso. Esto generó un estupor en redes sociales, noticieros, cafeterías y banquetas. Se regó como chisme de barrio donde núbiles jóvenes cuchillean. Unos opinaron que el escritor cometió un grave error. Otros más afirmaron que sus comentarios eran una aproximación a una “violación colectiva”; alguien alzó la voz y dijo que era un “violador en potencia”; “un vulgar de primera” gritaron en algún café. “misógino” pensaron las buenas conciencias. No dudé en pensar que ante el espanto, la moral se vuelve un ente visible, un arma doble.
En la lejanía también hubo voces que exculparon la soltura del escritor, la franqueza y su “peculiar” estilo. Lo defendieron ante la consiga de la “Libertad de expresión”: somos dueños de nuestras palabras y de nuestros actos afirmaron. Me hicieron pensar que ante el resoplido de una lengua viperina no hay arma que pueda defendernos y porque ¿Será la libertad la raíz del hombre la que lo liga al ser y a la verdad? Se preguntó un sociólogo francés de nombre Foucault.
¿Entonces cómo quedamos con la moral y la libertad de expresión: al doble, sin doblajes, doblegada, duplicada, con doble filamento, con dos filos mortuorios o con 2 formas de ver la realidad de nuestro país?
También me he preguntado, porque han de saber que los ecos de este doblaje de Taibo no terminan ¿hubiera tenido la misma repercusión y este tartamudeo mediático si esto se pronuncia en una cantina, en el tintero de borrachos, alcohólicos, cantineros, entre el humo y la cerveza y no en una Feria Internacional del Libro? Porque la FIL de Guadalajara, parece el vaticinio de lo que nos espera a futuro en un país, donde la política, va marcando todos los días la agenda de nuestros días. Haga memoria y recuerde los tres libros leídos por Enrique Peña Nieto y la vorágine que desató ante su sexenio y para desgracia de todos nosotros.
Este exabrupto de Taibo, porque no tiene otro nombre: exabrupto, puede ser el inicio de la trasformación en cuarta sintonía con un doblaje que parece decirnos: esto es el poder. Llamar la fuerza de las palabras sin antes medir las consecuencias.
Twitter @EliudVelazquez
Facebook Eliud Velázquez Barba
Correo [email protected]