En días pasados tuve la oportunidad de comentar el libro, 4 20 DIÁLOGO DE SABERES: HACIA UNA REGULACIÓN INTEGRAL DEL CANNABIS, coordinado por: Imer B. Flores, Carlos Emiliano Derbez de la Cruz y Emmanuel Orozco N. y publicado por la UNAM. La presentación fue en el Salón Constituyentes del Congreso del Estado de Sinaloa.
Parte de mi exposición fue la siguiente:
Es un libro que se integra por 14 ensayos, los cuales fueron auspiciados por el Colegio de San Luis Potosí, A.C. y el Congreso del Estado de San Luis Potosí. Ese es el origen de este libro.
Este libro pretende fortalecer el debate que busca cambiar el modelo Estigmatizador, Persecutorio y Prohibicionista sobre la Cannabis, por uno basado en el respeto a los Derechos Humanos, la Salud Pública y la Seguridad Humana.
El modelo de combate a las drogas que ha sido puesto en práctica por las élites del poder global ha fracasado, y entonces, es necesario colocar en el debate público un nuevo enfoque que tenga como principal objetivo contrarrestar los efectos negativos que la ya señalada estrategia de combate a las drogas ha traído consigo.
Es urgente construir un diálogo y un llamado por la vida y la dignidad de las personas, así como reconocer que aquellas que viven en estado de vulnerabilidad y precarización son quienes padecen los efectos más debastadores de una guerra que en clara muestra está fracasado.
Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas en 1940 se publicó el Reglamento Federal de Toxicomanías. En la exposición de motivos se hace un reconocimiento de que el enfoque punitivo adoptado por nuestro país en los años 20 no había logrado combatir las toxicomanías ni reducir el comercio de drogas prohibidas. El esquema punitivo daba muestra de un fracaso inminente.
La prohibición ha estado siempre vinculada a la existencia de redes de venta de protección de las autoridades. El fuerte consenso internacional y la presión de los EUA convirtieron al combate al narcotráfico en un punto central de la relación con México, al grado de establecer un sistema de certificación que condiciona la cooperación económica a la buena conducta que México desarrolla en la materia. La pregunta es: ¿Quién califica al gobierno de EUA?
Un estudio integral sobre la política de drogas en nuestro país debe reconocer que en México existen tradiciones y costumbres milenarias alrededor del uso de ciertas plantas que formaban parte de la cosmogonía de los pueblos originarios.
En América fueron los españoles e ingleses quienes introdujeron el cultivo de cannabis, este se usaba en un origen para la producción industrial (elaboración de sogas, velas de barcos, papel, etc.). Posterior a ello, esta planta tomó dos caminos que diversificaron su funcionamiento, por un lado se le da un uso terapéutico y analgésico para ciertos males que aquejaban a los esclavos atrayendo con ellos poderes mágicos y por otra parte, las comunidades originarias encontraron en esta planta una forma de interconexión, religiosa y espiritual.
Los intentos de regulación que se han realizado en la actualidad han generado un poco de preocupación en cuanto al impacto que podrían tener para las comunidades campesinas.
Durante la legislatura pasada en el Senado de la República uno de los debates en los que se centró el trabajo en comisiones era el de si las semillas deberían ser trazables, pues eso podría dejar fuera a los productores tradicionales que no tuvieran recursos para comprar las semillas con los mercados genéticos.
También hubo polémica sobre una serie de requisitos para el otorgamiento de licencias de producción que implicaban una gran inversión para poder cumplir con ellos, lo que favorecía a las grandes empresas en detrimento de los pequeños productores.
LOS OBSTÁCULOS
El magnate William Randolph Hearst, dueño de grandes plantíos de algodón en las décadas de 1930 y 1940, contaba con un perfil de periodistas, editor, publicista, político y grande de la prensa y de los medios de comunicación en EUA. Este personaje es señalado como uno de los principales detractores de la industria del cáñamo, ya que aplastaba sus inversiones gigantescas en los plantíos de algodón.
Dupon fue otro empresario que acababa de patentizar el nylon y quería eliminar la competencia de los tejidos del cáñamo.
En el ámbito de la salud, la aspirina cubrió parte de la demanda de analgésicos que con anterioridad cubría el consumo de cannabis.
Así, la prensa en alianza con los intereses económicos, los prejuicios y la discriminación hacía los consumidores, difundió rumores que decían que fumar marihuana producía enfermedades mentales y propiciaba que la gente cometiera crímenes. Por lo que su consumo se comenzó a asociar con la violencia y así se empezó a ver como una droga peligrosa.