La próxima semana estarán en México los presidentes de Estados Unidos y Canadá. La reunión se realizará en el marco del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T- MEC). Casi nunca se desprenden resultados interesantes de esos encuentros; por lo general, estas cumbres cubren los actos protocolarios y sesiones de fotos. Los verdaderos resultados se consiguen en las mesas de trabajo técnicas que se organizan de manera paralela López Obrador, sin que nadie lo obligara, se autoinfligió una derrota con el tema del AIFA.
Públicamente pidió el favor al presidente Biden para utilizar la nueva terminal área como un acto de amistad. Para López Obrador, que Biden aterrizara en Santa Teresa era la prueba máxima para legitimar la existencia de esa sub utilizada terminal área. Inesperadamente, el mandatario mexicano hizo la petición de amistad en una de sus mañaneras; al parecer, la respuesta de Biden no fue la esperada y el lugar de llegada será el aeropuerto Benito Juárez. El presidente de Canadá, Justin Trudeau sí aceptó llegar al AIFA.
Si bien, los tres presidentes se podrían ubicar en la izquierda del espectro ideológico político, las coincidencias de visiones son muy pocas. Trudeau es un Primer Ministro progresista (en extremo, dirían algunos). Para muchos, el canadiense en el niño del poster del movimiento denominado “Woke”. Es un político que defiende las causas más avanzadas hasta en el lenguaje (es un promotor y defensor del lenguaje inclusivo). Si bien, uno podría pensar que un progresista como Trudeau se entendería a la perfección con López Obrador no es así. El presidente mexicano y él canadiense no tienen buena relación. Canadá es de los países que más abiertamente se ha manifestado en contra de las políticas energéticas del gobierno mexicano y es el país más beligerante con México en el marco del T- MEC. López Obrador conoce poco de Canadá y le importa marginalmente las relaciones con ese país y con Trudeau.
Por otro lado, Biden es Demócrata. Los Demócratas representan a la izquierda norteamericana; aún así, los Demócratas son los que más confrontaciones han tenido con el gobierno de López Obrador. Las relaciones más cercanas del gobierno mexicanos se construyeron con los republicanos de Trump (la derecha extrema). López Obrador se siente infinitamente más cómodo con el movimiento de Trump que con Biden.
Cada presidente intentará posicionar sus temas en la agenda. López Obrador desde hace días presentó su propuesta frente a los medios mexicanos en su conferencia matutina. Los temas prioritarios para el gobierno mexicano serán tres: Una integración económica de todo el Continente Americano, no solo de la región norte; el tema de un combate a la desigualdad económica entre los países a a través de apoyos directos a los más pobres; la desaparición de la política Monroe y el injerencismo de Estados Unidos sobre la región. Esos temas tendrán nada o nulo impacto. Son temas para el éter; sin embargo, existe un cuarto tema en el que si están interesados los gobiernos de Estados Unidos y Canadá: el plan Sonora.
Seguramente, el Plan Sonora sí tendrá un impacto real en la cumbre. El Plan consiste en la construcción de una industria energética basada en energías limpias en el estado de Sonora. Ya se han anunciado inversiones conjuntas entre los tres países para la construcción de parques solares.
La parte troncal del Plan Sonora radica en la instalación de plantas automotrices enfocadas en la construcción de autos eléctricos. Utilizarán las reservas de litio para fabricar baterías con el apoyo de capitales extranjeros (anunciado por el propio López Obrador).
Otro de los temas torales del encuentro trilateral tendrá que ver con las supuestas violaciones al TMEC. Los tres países tienen reclamos que hacer. Las tres economías tienen temas con los cuales están inconformes (sector energético, agrícola, pesquero, legislaciones laborales). Si bien, las reuniones de unas cuantas horas entre los presidentes sirven para las fotos, las reuniones de los subordinados que ocurren tras bambalinas terminan arrojando verdaderos desencuentros o acuerdos que modifican la vida cotidiana de los ciudadanos de a pies de las tres naciones.
Más allá de las anécdotas que podremos rescatar de la reunión, las repercusiones prácticas de la cumbre las podremos observar en los próximos meses. Después de todo, tras la última visita de López Obrador a Washington pudimos observar decisiones controversiales de este lado de la frontera. Las quejas y contra quejas de las platicas se sentirán aterrizadas en el mediano plazo.
Esperemos que nuestros funcionarios se mantengan a la altura del reto.
¿Usted qué opina, estimado lector? ¿Qué anécdota o acuerdo le gustaría observar en la cumbre?
