Culiacán, Sinaloa, 16 de octubre 2023. Más de medio billón de pesos del erario, equivalente al 7 por ciento del gasto de la Federación del año pasado, se encuentra en fideicomisos sin estructura orgánica en diversas dependencias del gobierno federal.
En la tanda hay empresas del Estado, la banca de desarrollo, además de poderes y organismos autónomos. Todo, al margen de las reglas de transparencia aplicables a los recursos fiscales y de la fiscalización que se aplica a recursos que vigila el Congreso de la Unión.
Buena parte de ese medio billón de pesos se gasta en seguros médicos privados y al mantenimiento de las casas habitación de magistrados y jueces.
Pero el gasto excesivo, incluso en veleidades que nada tienen que ver con su trabajo, ha sido una constante en la SCJN.
Se han gastado millones de pesos, está documentado, entre torneos de boliche, de futbol, talleres de “nutrición y cocina”, cursos de yoga y de baile, renta de vehículos al por mayor y más, mucho más.
MANTENER LOS PRIVILEGIOS
Ahora que en las comisiones respectivas de la Cámara de Diputados se ha aprobado desaparecer la mayor parte de esos fideicomisos, entre ellos 13 de 14 en los que se incluyen evidentes privilegios de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Esos 13 fideicomisos de la SCJN tienen un acumulado de 5 mil 434 millones de pesos) el prianredismo, aliado con los ministros multimillonarios (al año perciben cerca de cuatro millones de pesos cada uno, entre sueldos y prestaciones) pone el grito en el cielo y exige que los recursos extraordinarios para la Corte se mantengan.
Mienten el prianredismo y la ministra Norma Piña, cuando afirman que el recorte de fideicomisos afectaría a los trabajadores (todas las prestaciones de ley se mantienen) eso dicen para ocultar la realidad: se trata de conservar privilegios y seguir con millonarios gastos de ocurrencia sin control alguno.
PERO QUIEREN MÁS
Además, con los recortes que se están proponiendo al presupuesto del Poder Judicial para el año que viene, se ahorrarían alrededor de 15 mil millones de pesos que, de mantenerse, se dedicarían a viáticos, festejos y otros gastos innecesarios, como los que se han referido en líneas anteriores.
Como se sabe, en el paquete económico 2024 se contempla un presupuesto para el Poder Judicial de 84 mil 792 millones de pesos, que es lo que solicita la ministra Piña, mayor en 4% al del año en curso, que es de 80 mil 646 millones de pesos.
Y que se requiere más dinero, dicen en la SCJN.
EL PROBLEMA DE FONDO
Pero el problema de fondo (y de forma) del poder judicial no es de presupuesto, que desde luego es necesario para las funciones sustantivas, sino la corrupción sin control, con sus variables del influyentismo, las complicidades y el vil negocio de la administración de justicia, como lo sabe cualquiera que se haya tenido que acercar a esos espacios.
No hace mucho, el ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, ex presidente de la Corte, reconoció sin cortapisas que en los tribunales de México persiste la corrupción “y quien afirme lo contrario miente descaradamente”.
Participaba Zaldívar en la ceremonia por los 50 años del Tribunal de Justicia Administrativa (TJA) de la Ciudad de México, y aprovechó para reconocer lo que todo mundo sabe en este país.
EL PUEBLO ESTÁ HARTO
En esa misma ocasión, Zaldívar se pronunció por fortalecer en el país “una política de cero tolerancia hacia esa práctica” y agregó: “tenemos que ser firmes y generar sanciones ejemplares para que la corrupción poco a poco sea una cuestión del pasado”.
Eso no ha sucedido, ni parece aproximarse con la actual SCJN.
El hecho incontestable es que el pueblo está harto de un “aparato de justicia” signado por la corrupción, el despilfarro, el abuso y la inoperancia en lo que le es sustantivo.
Y mantener eso, a costa de lo que sea, es la divisa de quienes se oponen a la desaparición de los fideicomisos del privilegio y a los recortes del gasto superfluo e innecesario.
EN EL TINTERO
- Imparable la información sesgada a favor de Israel, prácticamente en todo el mundo con el patrocinio de Estados Unidos.
- No al terrorismo de Hamas, pero también no al terrorismo del gobierno de Israel, que eso es ya a estas alturas.
- Pregunta el crítico lector que si porqué suprimo a veces en la entrada de la columna eso de
“Culiacán del desgarriate vial sin remedio, los baches, topes, retenes” y demás. Lo que sucede es que me canso de repetirlo sin que sirva para algo. No hay la mínima atención al problema por parte de las autoridades “competentes”.