El estado de Sinaloa y, particularmente, el municipio de Culiacán, enfrenta más de un mes de inseguridad, incertidumbre y violencia. La sociedad ha tenido que adaptarse a esta dura realidad, afectando su entorno social, económico, emocional y educativo.
A pesar de las adversidades que vivimos en la capital del estado, hoy quiero reflexionar sobre el futuro que se dibuja para quienes serán los líderes del mañana: nuestras niñas y niños.
En este clima de incertidumbre, es evidente que la niñez no cuenta con la garantía de sus derechos fundamentales: el acceso a la educación, la salud, el esparcimiento y la convivencia social.
¿Qué sueños albergan las niñas y niños sinaloenses? ¿Cuáles son sus metas? ¿Cómo se sienten en medio de esta inseguridad?
La narrativa diaria de sus vidas es crucial para entender su perspectiva y debería de invitarnos a una profunda reflexión sobre el entorno que estamos construyendo.
Es vital contar con el apoyo y la confianza de familias, profesores y la comunidad en su conjunto, como una de sus mayores fuentes de empatía en este momento.
Las conversaciones, los juegos y la atención a sus variadas necesidades son imprescindibles en estos tiempos complicados que enfrentamos.
Los padres y madres se esfuerzan cada día para brindarles oportunidades educativas y de desarrollo. Maestras y maestros, con ánimo y resiliencia, motivan a sus estudiantes a seguir adelante, utilizando estrategias innovadoras para el aprendizaje, mientras intentan mantener una actitud positiva a pesar de sus propias circunstancias.
La Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas establece 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Entre ellos, resaltan la Salud y Bienestar (Objetivo 3), Educación de Calidad (Objetivo 4), Trabajo Decente y Crecimiento Económico (Objetivo 8), y Paz, Justicia e Instituciones Sólidas (Objetivo 16).
Aquí surge una pregunta esencial: ¿Podremos, como gobierno, sector empresarial y sociedad, crear mejores condiciones en estos cuatro aspectos?
¿Elegirán las niñas y niños de Culiacán quedarse en su hogar cuando crezcan, o buscarán emigrar, marcados por su experiencia? ¿Optarán por ser agentes de cambio dispuestos a construir una mejor comunidad?
El futuro que elijan dependerá en gran medida del entorno familiar y de sus redes de apoyo. La atención que sus familias brinden a sus emociones y preocupaciones, junto al diálogo sincero y empático, será crucial.
Asimismo, el respaldo de los maestros y maestras, quienes tienen una responsabilidad importante en su desarrollo, será fundamental para escuchar, atender y apoyar sus inquietudes.
La resiliencia ha sido un sello distintivo de las y los sinaloenses durante generaciones. Nuestro espíritu de trabajo, solidaridad, alegría y nuestra riqueza humana, social y empresarial son nuestras mejores herramientas.
La colaboración entre la sociedad y el gobierno será clave para avanzar y reconstruir la imagen de Culiacán y Sinaloa, y así sembrar un futuro lleno de esperanza para nuestras niñas y niños.
Fuentes: