Es oficial. Claudia Sheinbaum Pardo es la candidata de la coalición “Sigamos Haciendo Historia” conformada por Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde Ecologista de México.
El registro de este domingo es la sublimación de un proyecto que se ha tejido genuinamente a base de ideales, talento y trabajo. La Doctora es una mujer de convicciones, legítimamente de izquierda, formada en la lucha y el activismo político a la par de su desarrollo académico.
A lo largo de su trayectoria ha demostrado tener el talento suficiente para abrirse paso en un mundo tan complejo como el de la política dominada históricamente por varones. Se halla a sí misma en la antesala de ser la primera mujer presidenta de México y romper ese famoso techo de cristal para las féminas.
Claudia ha trabajado incansablemente por su proyecto. Tras el triunfo en el 2018 de López Obrador, y el de ella como jefa de gobierno de la CDMX, sabía que de arranque tenía el resto mayor para competir legítimamente por la sucesión.
Se apalancó en la popularidad que da estar al frente de la capital y bastión de la izquierda, también de su cercanía con el presidente. Después, se dedicó a trabajar, a resolver y a atender a la comunidad capitalina. Todo ello redituó en popularidad en las encuestas. Y al final, ganó la más importante, la que definía la carrera interna por la coordinación para la defensa de la 4T.
Lo he señalado en repetidas ocasiones, la Dra. Sheinbaum comunica de manera correcta. Va de un sobrio relajamiento a una solemnidad informal que le permite conectar correctamente con su base electoral y con el pueblo. Es congruente en su discurso, porque al ser naturalmente de izquierda, su decálogo coincide con los valores e ideas de la cuarta transformación impulsada por Andrés Manuel López Obrador.
A la postre, le reconozco la unidad que ha sabido construir entorno a su proyecto. Tiene números tan sólidos en las encuestas, que es mucho más sencillo unir para su causa desde la amplia posibilidad de triunfo. ¿quién contra el poder? Sin embargo, más allá de eso, Claudia ha tenido la habilidad de sumar desde la empatía y la política, lo hizo desde la jefatura de gobierno, lo sigue haciendo como precandidata.
Previo al registro oficial ante el INE, pudimos ver al pleno de gobernadores morenistas, a quienes, a pesar de su precandidatura, la Dra. les ha reconocido como sus pares mandatarios y compañeros del obradorismo. También presentes los dirigentes de partido Mario Delgado, Citlali Hernández, sus compañeros Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña, Manuel Velasco y Marcelo Ebrard, a quienes en todo momento les demostró respeto y sobre todo, les ha demostrado cabida en el equipo.
El discurso tras su registro fue sólido y con diversos matices. Dijo claro y fuerte que “la transformación tiene rostro de mujer”. También destacó 15 puntos de lo que sería su plan de acción dentro de los primeros 100 días de gobierno, en caso de asumir el cargo.
Ayer, Claudia se dirigió a los simpatizantes de Morena, habló de economía, de bienestar, de cultura, también de consolidar los proyectos estratégicos encabezados por el presidente López Obrador, se dirigió a todos los sectores, también dijo que habrá soberanía alimentaria y una profunda estrategia en seguridad.
Cuando Claudia habla de proyectos y propuestas es porque tiene un trabajo bien planeado. La candidata de Morena llegó a su registro con un 59 % de aprobación y liderando prácticamente todas las encuestas en el país.
Esto como un adelanto al que dará a conocer el 1 de marzo durante su arranque de campaña en el Zócalo.
La “burbuja rosa”
Casi al mismo tiempo del registro de Claudia Sheinbaum, los opositores se manifestaban por unas elecciones limpias como primer movimiento de su estrategia mediática para ensuciar la contienda electoral que se avecina.
La convocatoria no estuvo nada mal, no podían fallar y el acarreo funcionó. Por los tiempos, desde la oposición tenían prohibido quedarse a medias en números.
Hubo de todo, desde ataques sistemáticos al presidente hasta quienes no sabían qué hacían ahí. Me parece que, en muchos casos, la marcha por la democracia acabó siendo una marcha de “la vieja política”, para mostrar músculo.
Donde fallaron fue en el mensaje. Una manta renegando del “gobierno comunista”, en mi opinión, lo ha dicho todo sobre la marcha. En la derecha viven en otro México, en otra realidad. Una donde ya extrañan los privilegios que han comenzado a perder.
Desde la derecha, señalan de “gobierno comunista” al gobierno que tiene por lema “primero los pobres” y que ha constitucionalizado los apoyos para elevar el suelo de los que menos tienen.
Al final, la pluralidad debe existir y la diferencia de ideas abona a la construcción de una sana democracia. Pero que no vengan los medios conservadores a decir que la marcha ha sido ciudadana, cuando los partidos políticos y su militancia tienen secuestrado todo movimiento social que involucra a la derecha.
Por lo anterior, la 4T lleva la delantera. Mientras AMLO, y ahora Claudia representan la esperanza de la continuidad por cambiar el status quo; en la oposición son Alito, Cortés y compañía los que se aprovechan de cualquier atisbo social para llevar agua a su molino (y pluris pa’ sus cuates).
Vanessa Félix / X: @vanessafelixmx