En México existe afición para todos los deportes, algunos más que otros, pero el futbol se lleva de calle a todos ellos, no de ahora, sino de muchos años atrás, con la diferencia que el balompié profesional actual está más impregnado de vedetismo que otra cosa.
Pero yo quisiera saber hacia dónde se inclinará más el raiting mañana sábado, cuando habrá dos eventos que deben llamar la atención: el clásico América contra Chivas por un lado, y la pelea de Saúl “Canelo” Álvarez contra el boricua Édgar Berlanga en Las Vegas por el otro.
Ambos estarán en la pantalla chica casi al mismo tiempo, así que será un buen termómetro para las televisoras la medición de preferencia de uno y otro, Con un futbol en decadencia y un historial de todos conocidos en peleas “arregladas” de Saúl, es difícil pronosticar cuál de los dos eventos logre acaparar más la atención de un consumidor que no termina por entender que, en el caso de Saúl, sus peleas ya no son, o nunca han sido, tan interesantes.
Por allí hay quienes dicen que mucha gente sigue viendo esos combates esperando que surja un desenlace que nunca tuvo la caricatura del Correcaminos, en la que el coyote vivió siempre queriéndolo atrapar y comérselo. Aquí, existe quienes se paran frente al televisor para verlo perder.
Como que todavía no les cae bien, por su arrogancia.
Tal vez usted sea uno de estos últimos.
En el caso del clásico, el balompié podrá estar viviendo una crisis tremenda, pero aun sus seguidores están allí, al pie del cañón esperando el triunfo de su equipo preferido.
En los dos casos existe un fenómeno que difícilmente habrá de desaparecer. En el clásico, el ganador marca la pauta para que sus seguidores atiborren las redes sociales de memes y burlas contra la afición del perdedor. Son calenturas que duran unas cuantas horas. Después se olvida.
Mientras que en los combates del “Canelo”, gane o pierda, siempre será criticado de una u otra forma. Cría fama y échate a dormir, dirán por allí. Los memes surgen a borbotones como una hemorragia. El culpable es directamente el peleador mexicano mismo, porque su carrera ha tenido muchas dudas, desde el momento que elige a sus rivales y cuando prefiere renunciar a un título que enfrentar al retador obligatorio.
Berlanga no es un adversario peligroso con todo y que está invicto. Pero es un invicto con pocas peleas. Su poca experiencia lo dice por sí solo.
Entonces, mañana es más seguro que la afición pueda estar más atento a los goles, si es que llegan, que a la pelea que muchos ya consideran otra farsa más.
¿Usted qué cree?