El sábado pasado millones de mexicanos y de otros países vimos a través de la pantalla chica una escalofriante paliza que Oscar Valdez le aplicó a Miguel Berchelt para arrebatarle el cinturón superpluma. Fue buena pelea, aunque no cumplió con todas las expectativas que la habían rodeado porque se esperaba más del “Alacrán” quien nos sorprendió al no tirar tantos golpes.
En el menú boxístico de estas semanas, la Valdez-Berchelt era algo así como un aperitivo ante las tres funciones en puerta y que se han estado promocionando en los últimos días, pero no representaba la menos importante, para nada. Y nadie pondría en tela de duda que junto con la del “Gallo” Estrada contra el “Chocolatito” González, han sido las más esperadas.
La tercera en discordia será de nueva cuenta pan con lo mismo. Me refiero a la de Saúl “Canelo” Alvarez contra el ilustre desconocido Avni Yildrim mañana sábado en defensa obligatoria de su corona, con promocionales que uno encuentra hasta en la sopa en el negocio de la mercadotecnia para las televisoras.
Todo mundo sabe que la mayoría de las peleas de Saúl se han convertido en un circo. El resultado a favor del mexicano se garantiza desde el momento mismo en que se firma el duelo, con todo y que el tapatío trate de defenderse y quiera hacernos creer que son peleas difíciles e interesantes, al grado de que ya considera intolerante que cuestionen su carrera, como sucedió el miércoles cuando “reventó” en plena entrevista al aire cuando le insistieron mucho en una tercera pelea con Gennady Golovkin, cuyos dos fallos dejaron mucho que desear.
Hoy en día los intereses pasan sobre la credibilidad del boxeo, aunque no en todos los combates. Y un ejemplo de ello son precisamente la mayoría de las peleas de Saúl desde que éste llegó a lo más alto. La de mañana, tengan la seguridad, no será la excepción.
¿Usted espera realmente algo diferente? Después de lo que vimos entre Oscar y Miguel, digamos que volvemos de la emoción a la rutina.
Para la afición azteca y quizás para el mundo entero, Yildrim será una víctima más. El turco no pelea desde hace dos años (el 23 de febrero de 2019 fue la última) y esa inactividad son puntos a favor del mexicano, con todo y que en su palmaré aparezcan 21 victorias contra dos derrotas, con 12 de esos triunfos cincelándolos por la vía del nocaut.
Después del choque entre Valdez y Berchelt, el boxeo que realmente nos interesa seguir viendo no estará mañana en Miami, así que tómense un descanso y preparémonos para esperar la batalla entre el “Gallo” Estrada y Román “Chocolatito” González dentro de dos semanas en Texas. Es una de las revanchas más esperadas en los últimos años y seguro tendrá los mismos decibeles de emoción que nos brindaron en el 2012 cuando el nicaragüense se impuso por decisión unánime.