Le dieron las gracias a Benjamín Gil, algo que muchos veíamos muy difícil después de los cuatro campeonatos que le dio a los Tomateros. Pero esta es la ley de la vida en el beisbol; el hilo se revienta por lo más delgado cuando existe una crisis de resultados positivos como la que el conjunto guinda está viviendo en esta temporada 2022-2023.
Ahora muchos dirán que fue el timonel quien “se la p…” a Culiacán. Las hazañas de esos títulos quedan para la historia, y recordemos que los directivos no tienen memoria para estos casos. El “Matador” se convirtió en una especie de “Rey Midas” en los torneos anteriores, porque final a la que llegaba, misma que ganaba, excepto la última, esa que perdió contra los Charros en una revancha de los tapatíos.
Esa varita mágica parece haber desaparecido, o bien, seguía siendo útil, pero con el plantel que le entregaron, era imposible que siguiera funcionando de la forma como lo hizo en esos cuatro títulos.
¿Sería acaso las microscópicas victorias lo que motivó al club a desprenderse de este hombre que parecía intocable? ¿Sería acaso problemas de vestidor? Yo casi puedo asegurar que fue esto último, si tomamos en cuenta el drástico cambio y actitud de algunos jugadores que originó esa debacle que llevó al equipo al último lugar de la primera vuelta y que estamos viendo esa misma película en la segunda parte.
Pero creo que no toda la culpa podría ser de Benjamín. El tijuanense recibió un equipo con refuerzos que no han desquitado el sueldo y que su lineup carece de profundidad en el bateo. Algunos ya se fueron, como Isiah Gillam que hizo más contactos con moscos y otros insectos que cruzaban por el plato, que con la pelota. Tampoco le entregaron un staff de pitcheo abridor como para competir.
El romance llega a su fin, pero también estamos seguros que no será por mucho tiempo. Algo similar sucedió con Paquín Estrada, el hombre que les ha dado más campeonatos en la historia. Llegó, se fue y más tarde regresó. En ese inter de no vestir la casaca Guinda, sumó un campeonato más a su palmarés. ¿Y saben contra quién? ¡Ante los Tomateros!, para hacer válido aquello de que para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo.
Gil no durará mucho fuera de esta Liga. Es más, casi puedo apostar que podría terminar dirigiendo a otro equipo en esta misma temporada, siempre y cuando no exista una cláusula en su baja que cuando menos en lo que resta de este calendario tome las riendas de otro equipo.
Ojo Mexicali, Mayos y hasta Charros.
RELEVO
La estafeta le fue entregada a Francisco Campos, quien al menos en este circuito no tiene experiencia como mánager. Pero ¿quién dice que no pudiera dar la sorpresa?
Mire usted a Luis Carlos Rivera, quien se atrevió a dar ese paso teniendo una chamba segura como coach de pitcheo de Mazatlán para tomar el control de los Yaquis a quien sacó del fondo del océano para llevarlo a un tercer lugar en la primera vuelta. Rivera está en esa transición de los relevos generacionales que le hace mucho bien al béisbol.
Estrada hizo su debut en mánager con Culiacán y le dio títulos; Benjamín hizo lo propio con resultados que ya conocemos. Su estreno como mánager Campos deja de ser el eterno coach de bullpen para asumir en tan importante cargo. Si no logra clasificar al equipo, tendrá argumentos a su favor.
Esperemos que la nueva función de Campos no sea interina. Por allí dicen que ya merodea por el estadio alguien a quien pudieran ofrecerle el cargo, y que mucho alegraría a “ya saben quién”, por aquello de un movimiento que no gustó.