En Morena, “todos quieren a la Chayo”. La 4T aún en su punto más alto, con una candidata como Claudia Sheinbaum que no baja en las encuestas y que cada vez se muestra más sólida, pues no son pocos los que quieren ser candidatos por Morena o las siglas de los aliados.
Las aspiraciones son todas legítimas, creo. Sin embargo, en términos reales, si creo que algunos registros son más sensatos que otros, que parecen con el debido respeto, una mera ocurrencia. Pero ese análisis me lo quedo.
Por ahí leí que un total de 1,803 aspirantes fueron los que se registraron alguna de las candidaturas de Morena en Sinaloa. Por gente no queda… si cada aspirante garantizara 350 votos en la próxima elección, Morena tendría la friolera de 631 mil votos. Eso es para dimensionar la proporción de aspirantes contra el liderazgo real que cada uno de ellos debería ostentar.
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Aun así, creo que hay espacio para ¿todos? ya se verá, y mucho tendrá que ver los gestos que hagan y la civilidad que demuestren. El método de la 4T es políticamente “infalible”, porque las reglas están claras, se define con encuesta y quien no esté de acuerdo con el resultado, jamás estuvo de acuerdo con las reglas y, en consecuencia, se auto descalifica como integrante del movimiento. En Morena saben que las reglas son igual para todos.
Ya se supo a que aspiraban los cuadros de otros partidos que se sumaron a la cuarta transformación. Entre los nombres que destacan; Jesús “Chuy” Valdés, para el distrito 13, tal vez el más cauto de todos, de él podríamos decir que, si a la 4T trae a su estructura y popularidad, no debería tener problemas con la encuesta. También Roberto “el güero” Cruz y Ariel Aguilar se apuntaron para un escaño local.
Otros nombres que vemos son: en el norte Feliciano Valle y Marcos Osuna, en el sur Fernando Pucheta, todos ellos para las alcaldías de sus respectivos municipios.
Eso sí, mientras en el Frente, Coalición o Alianza esperan un dedazo, morenistas y aliados impulsan un proceso interno democrático que apela a postular verdaderamente a los mejores.
En el PRI no dan una
Y hablando de la alianza, en el PRI no dan una. Bueno, siendo condescendientes, hay que decir que al menos las diferencias en el interior reflejan una militancia -la que queda- activa. Lo digo porque este fin de semana en sesión del Consejo Político otra vez hubo quejas por imposiciones y el dirigente municipal Ramiro Garza señaló no haber sido tomado en cuenta para el nombramiento del secretario técnico del máximo órgano deliberativo del tricolor.
Al interior del Revolucionario Institucional están ya los jaloneos a todo lo que dan. Se mueven para ser tomados en cuenta y al final, la estrategia es la misma. Que Alito Moreno se imponga en la mesa y designe a los candidatos que más le convengan a él y su grupo.O, en su defecto, que Xóchitl Gálvez haga lo propio y logre que los partidos postulen a quienes le abonen más a su proyecto. Me inclino mucho más porque suceda lo primero.
La candidatura de Gálvez Ruiz está secuestrada por la jurásica partidocracia del PAN y del PRI, en consecuencia, los institutos políticos llevan mano en las candidaturas.
Es muy claro el mensaje de desdén que en el tricolor le hacen a Sergio Esquer Peiro mientras que al mismo tiempo le abren la puerta a Héctor Melesio Cuén Ojeda. Incongruente e irónica operación. Mientras el “Pío” recibe muestras de apoyos de empresarios relevantes de todo el estado, y refleja imagen de frescura, trabajo y seriedad, en el PRI prefieren los cantos de sirena que llegan desde el PAS y el hedor de corrupción que pesa sobre la dirigencia pasista fuertemente vinculada al ala de la UAS con serios problemas judiciales.
Hay otros perfiles que hacen su lucha y esperan la unción desde el centro, la batalla está en la primera posición para el senado, la lista es cada vez más larga. Creo que en el FAM deben ponerse listos, muy listos, porque la precampaña más corta en la historia demostró que Movimiento Ciudadano tiene el segundo lugar “a tiro de piedra”. Ahora sí que, la primera posición para el senado, y las pluris, no son garantía de absolutamente nada.
