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La disputa por el PRI

“La batalla por los despojos del PRI será una guerra sin tregua ni cuartel. Los grupos enfrentados no cederán en negociaciones, esta lucha es a matar...

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“La batalla por los despojos del PRI será una guerra sin tregua ni cuartel. Los grupos enfrentados no cederán en negociaciones, esta lucha es a matar o morir”.

No se saben si eran 100 o 200, si tenían credencial de militantes o estaban ahí por encargo, porros a sueldo como los nombró el dirigente nacional Alejandro Moreno o militancia enojada como asegura Nayeli Gutiérrez. Lo cierto es que llegaron con tubos, armas blancas y pistolas. La misión era tomar el Comité Ejecutivo Nacional del PRI a toda costa, “contra el que se atreviese”.

Rodearon el edificio por la Av. De los Insurgentes en el corazón de Buenavista, hicieron cerco humano por la emblemática calle de Luis Donaldo Colosio el mártir de “Lomas Taurinas” y por la rúa de Jesús García uno de los héroes de Nacozari. Ahí fueron las detonaciones según informan algunos medios locales. Tubazos, patadas, golpes, metadas de madre, en menos de una hora las huestes de Ulises Ruiz tenían sitiada la cede nacional del tricolor, la consigna: “la renuncia inmediata de la dirigencia nacional”. En menos dos horas, los inconformes tomaron el cascarón del partido que fundo don Plutarco Elías Calles.

Alejandro Moreno acusó de inmediato al ex gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz y la ex secretaria de vinculación Nayeli Gutiérrez de ser los responsables de ese “baño de sangre” en donde varias personas resultaron heridas, una de ellas por proyectil de arma de fuego. “Los intereses de Gutiérrez-Ruiz no corresponden a los intereses de la militancia del PRI, ningún ciudadano de bien validaría ningún ataque como el que realizaron” declaró tajante el dirigente al tiempo que sentenciaba que llegarían hasta “las ultimas consecuencias” por el secuestro las instalaciones.

Por su parte Ulises Ruiz sin titubear se mantuvo en sus acusaciones, en su lucha por sacar del PRI al dirigente nacional y a los Moreira, asegurando que miles de militantes del PRI en todo México están listos para encabezar un movimiento nacional para expulsarlos. Si algo tiene el oaxaqueño es experiencia en la tenebra, en el uso de las fuerzas oscuras y los grupos de choque. Mucho aprendizaje le dejaron los años de combate contra la APPO, aquella organización de los “Pueblos de Oaxaca” aliada al sindicalismo radical de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación.

La batalla por los despojos del PRI será una guerra sin tregua ni cuartel. Los grupos enfrentados no cederán en negociaciones, esta lucha es a matar o morir. Poco queda de aquel partido omnipotente, omnipresente e invencible que detentó el poder político nacional por casi siete décadas. Hoy los herederos de Plutarco, Lázaro y Gustavo se pelean las ruinas de una institución que poco a poco desaparece.

En Sinaloa esencialmente pasa lo mismo, poco quedará de la institución que ha gobernado de manera ininterrumpida desde que existe el sistema de partidos en la entidad. Habrá quien diga que Malova no ganó con el PRI. Pero los que entienden y saben, aseguran que fue un gobierno más del tricolor mutado por las circunstancias a una capirotada partidista y que para efectos prácticos, el nacido en Cubiri de la Loma gobernó con el sello de la casa.

Lo cierto es que aquí y ahora, hay dos visiones de partido; una que insiste en denunciar las irregularidades ocurridas en la campaña y la jornada electoral, y otra abanderada por el gobernador, la dirigencia estatal y la mayoría de los próximos diputados locales que insisten en darle vuelta a la pagina y construir desde ya, una narrativa distinta para posicionarse como una oposición que entendió el mandato de la ciudadanía.

Si se pretende analizar el juego local desde los grupos nacionales, valdría la pena saber que Quirino marcó distancia con Alejandro Moreno. Que el campechano le reclamó al sinaloense su postura respecto a la derrota y que ha comentado a varios actores nacionales la sorpresa que le causó, “la falta de apoyo y solidaridad a Mario Zamora” mostrada por el que deja el poder. El dirigente Alito como le dicen sus cercanos, olvidó por completo tres elementos fundamentales para entender al PRI en Sinaloa: A) El candidato ganador fue jefe de asesores del gobernador próximo a salir, B) Quirino siempre ha externado interesantes simpatías por el proyecto de Andrés Manuel y C) Mario Zamora fue candidato del CEN y no suyo. Luego le seguimos…

Mtro. Jesús Rojas Rivera

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Fuente: Internet

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Jesús Rojas Rivera

Columnista

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