Acapulco de Juárez.- Tiene, todo el tiempo, la
mirada alerta. No sonríe para nada. Es como si el espanto hubiera sido
tatuado en su rostro. Es de noche. Conduce su taxi por la Costera de
Acapulco, mientras responde preguntas y narra lo que algunos
acapulqueños sufren todavía?
?A tu cuate que quebraron hace unos días, ¿le avisaron o nomás llegaron así?
?A mi amigo le dijeron que no fuera para la (colonia) Zapata (ubicada
detrás de la bahía de Acapulco, del otro lado de las montañas, lejos de
la zona turística) y no entendió. Lo mataron allá y vinieron a dejar el
taxi quemado acá, en la colonia Vicente Guerrero?
Hace una pausa y el gesto de su rostro se retuerce de angustia antes
de continuar hablando sobre la delincuencia organizada que pretende
establecer quién es taxista y dónde pueden trabajar o no los choferes?
?Dejaron la cabeza en la banqueta y el cuerpo dentro del coche?
?¿No tienen miedo? ?se le pregunta una obviedad para romper el silencio fúnebre que llevaba largos segundos.
?¿Tú crees que no?.. No creas que trabajamos mucho en las noches,
trabajamos poco. En la zona turística sí, pero si nos piden que los
llevemos a las zonas altas, no vamos. Del otro lado de la bahía,
tampoco. Allá están los malosos. Hay colonias a las que no entramos del
otro lado, nadie va. Y aquí, en las partes altas, en la oscuridad andan
esos malosos. Desde los cerros ven todo para abajo: cuando suben los
federales o los militares; ellos tienen binoculares y huyen antes de que
lleguen?
?Entonces, el principal problema que hay ahora es el cobro de piso de la delincuencia?
El crimen organizado les ha impuesto a algunos acapulqueños nuevas composiciones verbales. Dice el taxista:
?Sí, el pisaje es el principal problema. El pisaje: cobro de cuotas.
?¿Y cómo funciona?
?Llegan, se presentan muy amables, pero dan miedo. Hablan serios:
?Vengo de parte del comandante tal, de la organización fulana?, que el
CIDA (cártel independiente de Acapulco), que Los Buches, que La
Barredora, que las fuerzas especiales del cártel no sé qué? Y pues nada,
cooperas o cuello, pues?
Guarda silencio, como meditando que aquí lo de ?cuello? no es un simbolismo.
?¿Y si no pagas?
?Te queman los changarros o el taxi. De menos? Y no te escapas. ¿Por
qué no van, con esas armas que tienen, a lo grande: al banco? Ya piden
cuota hasta a los ambulantes, al de las gelatinas, ¿tú crees? No dejan
que Acapulco tenga feria, que nosotros vivamos trabajando normal.
Ustedes, ayúdennos: los turistas pueden venir tranquilos, con ellos no
pasa nada, la Costera, la Escénica y las playas están seguras, la cosa
es con nosotros, con los acapulqueños? ?concluye con la voz pastosa, la
garganta seca.
Al recorrer de día la Costera se aprecian decenas de locales
comerciales cerrados, vandalizados, pintarrajeados, muchos con letreros
de ?Se vende? o ?Se renta?. Las organizaciones de comerciantes han
denunciado las extorsiones. La última vez, la semana pasada, lo hizo la
Canaco local: en 2011 cerraron 700 negocios y este año ya van mil por la
crisis financiera y la inseguridad, informó. MILENIO tiene copia de la
notificación a sus clientes de una empresa que brindaba servicios de
mantenimiento en un fraccionamiento de gente de clase media, gente que
ahorró para comprarse casas de descanso sin vista al mar: la empresa
huyó de la zona? por el pisaje.
Historias negras. Como la de un hotel de Caleta, el Costa Linda,
donde todavía quedan las huellas del paso de los criminales: las paredes
y muebles de la recepción yacen ahumados. Lo quemaron la semana pasada.
La Canaco tiene registrados 70 ataques en todo tipo de comercios. Ahí,
en el hotel, mientras obreros arreglan el lugar, un trabajador
administrativo está, más que atemorizado, enojado:
?Le están dando en la torre a la economía. No ven estos malandros que
no solo afectan a patrones, sino a trabajadores: ¿cómo llevamos billete
a la casa si nos suspenden el trabajo? Y entonces no gastamos y
afectamos al de la tiendita, al de la tortillería? De veras, no
entienden nada. Están bien locos?
Historias negras que persisten para los sufridos y esforzados acapulqueños?
***
Pero, a pesar de esas espantosas vivencias que padecen algunos
lugareños, el turismo no solo ha vuelto masivamente a Acapulco (la
ocupación durante el puente ha estado arriba de 90 por ciento), sino que
el puerto ha recuperado su vida nocturna, que el año pasado cayó 90 por
ciento: las discotecas estuvieron abarrotadas. Cuando MILENIO hizo un
reportaje hace un año, la discoteca emblemática de los chilangos,
Baby?O, tenía? 10 personas en el lugar. Este fin de semana el antro
estaba atascado, no se podía caminar en su interior. Lo mismo ocurría en
la disco preferida de los jóvenes acapulqueños, Palladium: filas para
entrar.
¿Qué pasó? Un asunto de percepción: los padres de los chavos y los
propios jóvenes sienten que la inseguridad ha disminuido. Y es que todo
el día y la noche contingentes de vehículos con policías estatales y
federales armados vigilan las zonas turísticas.
Los paseantes, locales o fuereños, han vuelto a salir de noche. En
las madrugadas las taquerías más famosas se han llenado otra vez de
jóvenes que van a comer para bajar el alcohol en la sangre.
?Hace un año Acapulco estaba vacío, ¿qué pasó, hoy está lleno? ?se le
pregunta a un acapulqueño en el Palladium, quien responde más o menos
lo mismo que todos a quienes se les inquiere.
?La inseguridad ha bajado y por eso el puente (de Día de Muertos)
está lleno, saturado. La confianza ha vuelto, los acapulqueños nos
sentimos más seguros, las autoridades están trabajando y por eso todo
está lleno. Nosotros lo sentimos y nuestros papás también, y por eso de
nuevo estamos saliendo en las noches?
Los chilangos están eufóricos en su Baby?O, tan relucientes ellos
como los rostros del gerente y el dueño que observan a la muchedumbre
bailotear ritmos ponchisponchis. Adentro, las chicas del Defe son las
que cuentan por qué están de vuelta aquí:
?¿Eres chilanga? ?se le preguntaba a una joven rodeada de toda su
banda de amigos bebedores. Resultó ser estudiante de Pedagogía, de
nombre Daniela:
-¡Sí, ooobviameeente!? -responde con ese sonsonete de niña bien, de niña chilanga.
?¿Por qué volvieron a Acapulco?
?Siento que ya está más seguro, ya todo el mundo vuelve a venir, ya se puso bien otra vez, por eso regresé?
?¿Tus papás te dicen que puedes venir porque ya está seguro?
?Sí, sienten que ya está mucho más seguro?
?¿Ya no tienen ningún resquemor por la inseguridad?
?No, ya no tanto, no me dejan salir hasta la hora que quiero, pero sí bastante tarde, como en México?
?¿Ya se sienten bien en Acapulco?
?Muuuuy, muuuy? ?responde? pues con eso, con su tono de identidad.
Una preparatoriana chilanga, Fernanda, acompañada de una amiga, abandonaba el antro y, ante la cámara, sintetizaba sus sensaciones y vivencias, así:
?La emoción de Acapulco ha vuelto?
La emoción de Acapulco ha vuelto para los turistas resguardados por
fuerzas policiales. La emoción de Acapulco, con sus playas llenas, con
sus antros atascados, a pesar de que las historias negras todavía
agobian a muchos lugareños, y de que el llamado Acapulco Tradicional aún
no la pasa bien: solo tuvo una ocupación de 44 por ciento, en
comparación con 94 por ciento de Acapulco Diamante y el 91 por ciento
del Acapulco Dorado? EC.
Tribus "chilangas" pueblan otra vez las discotecas de Acapulco
Hace un año MILENIO hizo un recorrido por la Costera y documentó los efectos negativos de la crisis y la inseguridad; hoy la situación es completamente distinta: la violencia está acotada, aunque perviven algunas historias negras de extorsión
Fuente: Internet