Nuevo León.– De acuerdo con información de algunos medios locales de Nuevo León, cada dos décadas Monterrey sufre la embestida de un huracán lo suficientemente intenso como para ser recordado por siempre; este año podría ser benéfico porque ayudaría a llenar las presas en pocos días.
Es importante mencionar que hace 12 años en un solo día, el huracán “Alex”, trajo el promedio de dos años de lluvias acumuladas en Monterrey.
Si bien es cierto las fuertes lluvias podrían ayudar a las presas, pero el costo puede ser alto ya que los huracanes traen mucha fuerza y podrían causar grandes daños como destrucciones.
Cabe mencionar que la última gran inundación que se vivió en Nuevo León se presentó con el huracán “Alex”, el cual tocó tierra entre el 30 de junio y el 1 de julio de 2010; el cual dejó destrucción en la zona metropolitana de Monterrey y en varios municipios del estado, sobre todo en Anáhuac, que quedó prácticamente bajo el agua, pero eso no fue todo ya que desgraciadamente se contabilizó 15 muertos.
Referente a las estructuras los daños pudieron ser peores, sino hubiera sido por la Presa Rompepicos que dosificó el cúmulo de agua que cayó en la sierra, pues de lo contrario una buena parte de Monterrey se habría inundado.
Cabe señalar que hace 22 años otro huracán el cual fue llamado “Gilberto”, cambió el rumbo de la historia en Nuevo León, y aún se considera como el más “destructivo” y “mortífero” de la historia en esta entidad, pues el saldo oficial que se dio fue al menos de 200 muertos; aunque algunos especialistas consideran que pudieron se miles y los daños valuados en 200 mil millones de pesos.
Dicho huracán nació a principios del mes de septiembre en 1988 en el Atlántico, y se fue fortaleciendo de una manera increíble hasta alcanzar un poderío impactante; tocó tierra el 16 septiembre en Monterrey y al día siguiente en la madrugada incrementó el cauce del Río Santa Catarina hasta desbordarlo, al igual que varios arroyos.
El otro huracán que completa la triada de los más fuertes, es el Beulah, que osciló entre las categorías 3 y 5 mientras recorría el Golfo de México, tocó tierra en Cozumel y Tamaulipas el 17 de septiembre de 1967, 21 años antes que el huracán Gilberto.
Su poder destructivo se dejó sentir en las zonas de Reynosa, Matamoros, el sur de Texas y gran parte de Nuevo León, a donde arribó el 21 de septiembre. Se calcula que dejó 58 muertos y pérdidas materiales de hasta mil millones de dólares en toda la región noreste.
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