México. – Si el 2023 quedó en los anales de la historia como el año más caluroso desde que el hombre inició las mediciones, el 2024 le dice “quítate que ahí te voy”; expertos en climatología destacan alto registro de los llamados domos de calor, esos que el año pasado nos trajeron olas cálidas insoportables.
¿Es culpa de El Niño?
Bien sabemos los estragos que el registro del fenómeno de El Niño dejó en el planeta; calor sin precedentes, lluvias intensas en donde regularmente no se tienen registros importantes y domos de calor recurrentes.
Pero de acuerdo a lo que la Organización Meteorológica Mundial (OMM), los efectos del fenómeno de El Niño tienen a resentirse con más intensidad hasta al año del reporte de El Niño Intenso, y es precisamente en este 2024 cuando debemos esperarlo.
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Petteri Taalas, secretario general de la OMM, indicó que, aunque los efectos de El Niño fueron evidentes en el 2023, se harán notablemente más evidentes en 2024.
Y los primeros signos de este calentamiento que se prevé intenso ya comenzaron. Los llamados domos de calor, ya comenzaron a registrarse y todo indica que potenciarán su presenta durante los siguientes meses.
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Los domos de calor, también son conocidos como cúpulas de calor, sistema anticiclónico o sistemas de alta presión, que llegan después de que una masa de aire se enfría y el movimiento de las moléculas que la componen disminuye. La masa de aire se contrae aumentando su densidad, por lo tanto, pesa más y baja hacia el suelo, donde crea una zona de alta presión (anticiclón), indica el Servicio Meteorológico Nacional.
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Para hacerlo más entendible para el grueso de la población que desconoce cómo el clima se manifiesta, solo es necesario imaginar una olla de presión, SÍ. El domo de calor es la tapa muy bien sellada.
Además del calor que puede desatarse con los efectos de El Niño, La Niña también dará su aporte.
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De acuerdo a los especialistas de la NOAA, en el verano de 2024 ya tendremos al fenómeno de La Niña dando sus primeros pasos, y con ella una mayor incidencia de domos desplazándose por el mundo, principalmente en el Pacífico oriental y Occidental.
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“Investigaciones demuestran que las cúpulas o domos de calor son más propensos a formarse en años de La Niña como el 2021, cuando las aguas están frías en el Pacífico oriental y calientes en el Pacífico occidental. Esa diferencia de temperatura crea vientos que impulsan el aire occidental tropical y denso hacia el este. A la larga, ese aire caliente se queda atrapado en la corriente en chorro, una corriente de aire que gira en el sentido contrario a las agujas del reloj alrededor del mundo, y acaba en la costa oeste de Estados Unidos”, destaca National Geographic.
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Expertos han indicado que mientras en el 2023 se registraron hasta 9 domos de calor, el 2024 podría llegar a niveles alarmantes con hasta 35, por lo que es sumamente necesario mantener el monitoreo y que la población se prepare, ya que, aunque fueran menos, los vividos el año pasado demostraron que con ellos no se juega.
“Esto significa que las temperaturas en 2024 serán probablemente más altas que en 2023 y que existe una alta probabilidad (un 74 %) de que la temperatura media anual mundial supere por primera vez el umbral de 1,5 ºC respecto a los niveles preindustriales, destacan páginas especializadas”
