Tlapehuala,
Gro.- Es la hora del recreo y los niños están
contentos, juegan y ríen entre los árboles que llenan de sombra la plaza
de la iglesia de la Asunción, es un refrescante refugio contra el sol
de la llamada Tierra Caliente de Guerrero, donde la humedad se pega a la
piel y la temperatura supera los 35 grados. Mientras los
niños corretean, los maestros comen en las mesas de plástico, beben agua
de sabor, acompañan sus guisados con tortillas que la encargada de la
cooperativa escolar y sus ayudantes hacen a mano. Perece una kermés,
pero es una contingencia. La escuela primaria “Vicente
Guerrero”, la más grande del municipio de Tlapehuala, fue dañada
severamente por la creciente del río Balsas hace poco más de un mes.
Desde entonces las clases se imparten en el atrio de la iglesia del
pueblo. Los pisos de prácticamente todos los salones del plantel siguen
llenos de lodo y los baños inservibles.El setenta por
ciento del material didáctico y mobiliario escolar se destruyó, explica
la directora del plantel, María de la Luz Rojas, además que muchos de
los niños perdieron sus útiles debido a que sus casas también se
inundaron.En la iglesia de la Asunción, algunas madres de
familia comen con sus hijos y apoyan a los maestros en el cuidado de
los alumnos, son más de 400 niños divididos en 19 grupos. No hay salones
sólo sillas y mesas de plástico distribuidas a lo largo de la plaza,
letreros hechos con hojas de cuaderno indican el grado y el grupo:
“Tercero B”, “Primero A”, etcétera.Los niños tienen
prohibido entrar a jugar al edificio de la iglesia; para ir al baño
pueden usar el de la sacristía o deben cruzar la calle y usar los
excusados de paga que hay en el mercado. Los pizarrones son pliegos de
papel bond y los alumnos comparten los libros.”No podemos
regresar al plantel así como está”, afirma la directora y se queja de
la lentitud con que avanzan los trabajos de rehabilitación. A más de un
mes de la inundación, sólo un salón ha sido limpiado y pintado. “Pero es
inseguro regresar”, añade y recuerda que las condiciones actuales de la
escuela son insalubres.Se estima que en el estado de
Guerrero, 730 escuelas fueron dañadas severamente por la tormenta Manuel
y 23 de ellas se encuentran en los municipios de Tierra Caliente. A
nivel nacional se habla de que más de 40 mil escuelas fueron afectadas
por las tormentas y huracanes de septiembre.Y mientras el
país se recupera y los gobiernos tratan de poner en marcha los
programas para estos casos, los profesores de la primaria Vicente
Guerrero se organizan para que los niños continúen con su aprendizaje
pese a todo.CHG
Pese a contingencia, maestros mantienen clases en Tlapehuala
Mientras los niños corretean, los maestros comen en las mesas de plástico, beben agua de sabor, acompañan sus guisados con tortillas que la encargada de la cooperativa escolar y sus ayudantes hacen a mano
Fuente: Internet