Guerrero.- En la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa (que forma a maestros de primaria) no hay lugar para la desesperanza, ni tiempo para la resignación, pero sí muchas ganas de justicia y de exigirles a las autoridades que hagan todo lo posible por encontrar, vivos, a sus 43 estudiantes desaparecidos.Macedonia Torres vio por última vez a su hijo el 15 de septiembre, cuando partió hacia esta escuela de Tixtla, en el estado de Guerrero, después de unos días en casa. José Luis Luna Torres acababa de empezar a estudiar en la Normal, era su primer año y deseaba sacar a su familia adelante tras fallecer su padre.”Quería ser maestro porque nos ve a nosotros cómo estamos, que trabajamos y no nos alcanza, no hay trabajo y mal pagado. Me dijo, ‘mami voy a estudiar para sacarlos adelante, mi papá ya no está y si yo no le echo ganas, vamos a estar siempre en la misma situación'”, cuenta entre lágrimas a los medios de comunicación.Esta mujer de 50 años y madre de seis hijos -José Luis de 20 años era el más joven- lo apoyó, pese a que ya había oído que en esa escuela, que funciona como internado, sucedían “cosas”.Las penúltimas cosas graves sucedieron en 2011 y acabaron con las caras de Gabriel y Alexis pintadas en los muros, a modo de obituario con la leyenda: “Su lucha nos elevará la conciencia para lograr sentir el amor hacia la libertad del pueblo”.Gabriel y Alexis murieron en la lucha, tras la represión policial a una protesta en la autopista que conecta Ciudad de México con el puerto de Acapulco, en la que pedían lo mismo de siempre: más fondos para mantener y mejorar el internado en el que unos 500 alumnos de familias de escasos recursos estudian para convertirse en profesores de primaria.”Sabemos que los Gobiernos de este país dejan la educación en el rezago. Nosotros estamos en la escuela porque queremos cambiar la educación de este estado (Guerrero) y del país”, dijo a Efe un joven estudiante de tercer curso que no quiso dar su nombre.En la Normal de Ayotzinapa no se permite dar nombres personales, tienen reglas marcadas y se rigen por comités que lo organizan todo, desde la comida que llega, el material escolar, las protestas que realizan o las informaciones que se dan a la prensa.JE
Normal de Ayotzinapa, cuna de luchadores sociales que no pierden la esperanza
Aunque la directiva está colocada por la Secretaría de Educación Pública (SEP), los estudiantes tienen sus normas de convivencia, que son respetadas por las autoridades del centro.
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