Ciudad de México.- Tras advertir que la población más proclive a las arbitrariedades de
índole físico son las personas de los 15 a los 19 años de edad y que -en
la medida en que una persona suma más años de estudio- disminuye la
prevalencia de la agresión, en un marco de un “culto a la juventud” y
rechazo y a los adultos mayores, “en especial a las mujeres ancianas”,
expuso Sonia Frías, del Centro Regional de Investigaciones
Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.
El 42 por ciento de las solteras y casadas han experimentado alguna vez
violencia de pareja; 41, emocional; 14, física; 23, económica y siete
por ciento, sexual (debido a que muchas padecieron dos o más de estas
variantes, la suma de los deciles sobrepasa el 100 por ciento), precisó
la experta al participar en el Seminario Universitario
Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez.
La académica de la UNAM indicó que este proceso de deterioro físico está
cruzado por el género al exacerbar la desigualdad socialmente
construida. ?Ellas, como otros grupos minoritarios, pierden estatus con
los años debido a situaciones como la jubilación o quedarse sin empleo o
pareja?.
El ámbito más estudiado es la agresión de pareja, pero es necesario
señalar que las mexicanas adultas mayores son atacadas de múltiples
formas en lo familiar o comunal, con variantes que van desde lo físico y
psicológico, hasta la negligencia y el abuso económico o sexual,
concluyó la investigadora.
Por ejemplo, en el último muestreo las mujeres pertenecían en gran
medida a rangos alto y medio; registraban mayores niveles educativos;
tenían uno, dos o ningún hijo y había menos estudiantes o trabajadoras y
más jubiladas, dijo.
?En el país aún presenta una alta prevalencia de la violencia hacia la mujer?, concluyóTJ