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La bandera de EEUU vuelve a ondear en La Habana 54 años después

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, visita este viernes La Habana para asistir a la reapertura de la embajada estadounidense

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La Habana, Cuba.- La Embajada de Estados Unidos en La Habana abrirá este
viernes sus puertas por primera vez en 54 años, culminando así el
restablecimiento de las relaciones diplomáticas, el primer hito del
esperado proceso de reconciliación entre dos polos regionales.Otrora
un muerto viviente de la Guerra Fría en América Latina, ahora el
edificio de siete pisos que se levanta frente al malecón de La Habana
luce engalanado para celebrar su primera fiesta en más de medio siglo:
la del fin del deshielo.El secretario de Estado, John Kerry,
hará una fugaz visita a la isla caribeña para izar la bandera
estadounidense y con la intención de “hablar muy directamente” con su
par cubano “sobre una especie de plan general para una normalización
verdadera y plena.

De esta forma, Kerry pondrá fin a un
proceso que comenzó en abril, en vísperas de la histórica Cumbre de las
Américas de Panamá, cuando el presidente estadounidense, Barack Obama,
anunció su intención de sacar a Cuba de la lista de países
patrocinadores del terrorismo.Su exclusión de esta lista negra
(donde fue incluida en 1962 por su apoyo a ETA y a las guerrillera
latinoamericanas) era una de las principales exigencias del régimen de
Raúl Castro para abrir de nuevo las embajadas.El 29 de mayo Cuba
abandonaba esta odiosa denominación y se daba así un impulso definitivo
al restablecimiento de los vínculos bilaterales cuyo primer resultado
tangible llegaría el 20 de julio con la apertura de la Embajada en
Washington.”Culmina una primera etapa del diálogo bilateral y se
abre paso al complejo y seguramente largo proceso hacia la
normalización de las relaciones bilaterales”, proclamó entonces el
ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez.
El fin de una era
La Sección de Intereses de Estados Unidos en La
Habana ha sido durante décadas el símbolo del enfrentamiento político
entre dos formas radicalmente opuestas de entender el hemisferio sur del
continente americano.La Embajada se erigió en 1953 para
trabajar estrechamente con el Gobierno de Fulgencio Bastista y tras el
triunfo de la Revolución Cubana consiguió sobrevivir unos años hasta que
echó el cierre en 1961, poco antes del fracaso de Bahía Cochinos.En
1977 reanudó su actividad como Sección de Intereses en un eufemismo que
el castrismo ha señalado como auténtica filial de la CIA en suelo
cubano, afirmando que entre sus paredes se han urdido hasta 600 planes
para acabar con Fidel Castro.Durante todos estos años la mole de piedra ha sido
escenario de intrigas al más puro estilo ‘hollywoodiense’. “No éramos un
nido de espías, de ninguna manera, pero algunas personas trabajaban
para Inteligencia”, confesó Wayne Smith, un ex diplomático
estadounidense.El último incidente tuvo lugar durante la
Presidencia de George W. Bush, cuando Estados Unidos decidió emitir
continuamente mensajes de contenido político a través de unos carteles
luminosos instalados en la fachada de las plantas superiores.En
su réplica, el régimen comunista ordenó instalar hileras e hileras de
mástiles con la bandera de Cuba con la altura suficiente para tapar los
SMS de la Casa Blanca y movilizó a sus bases para que protagonizaran
manifestaciones continuas a sus puertas.
Hacia la normalización
Este viernes, Washington y La Habana esperan poner
fin a los juegos de espías del último medio siglo e iniciar una senda
inexplorada para ellos que va más allá del izado de banderas y de las
ceremonias solemnes y que consiste en mantener las embajadas abiertas.Estados
Unidos ya ha adelantado que su intención es que su sede en La Habana
funcione al mismo nivel que las embajadas que tiene repartidas con todo
el mundo, lo que incluye mantener contactos regulares con todos los
actores políticos del país.Esta agenda inquieta a Cuba que, sin
embargo, ha accedido a tolerar este tipo de reuniones, siempre y cuando
no supongan “una injerencia en asuntos que solo corresponden a la
exclusiva soberanía de los cubanos”, según dijo Rodríguez.Lo
cierto es que el ‘castrismo’ ya soporta los habituales encuentros entre
miembros de la oposición y diplomáticos de todo el mundo, sobre todo de
países europeos que prestan sus embajadas para que los cubanos puedan
conectarse al exterior.
Camino por recorrer
La apertura de las embajadas es, no obstante, la
primera zancada en la ‘hoja de ruta’ que ambos países se han fijado para
encarrilar el histórico diálogo que comenzaron el 17 de diciembre.La
principal exigencia de Estados Unidos es que haya una mejora sustancial
en la situación de los Derechos Humanos en Cuba, para lo cual las
delegaciones técnicas ya han iniciado los contactos, aunque sin ningún
resultado concreto.La oposición cubana –ya rendida ante la
evidencia del acercamiento bilateral– reclama a Washington que no haga
más concesiones a los Castro hasta que haya avances claros en materia de
libertades y derechos fundamentales.Éste ha sido siempre uno de
los temas más espinosos. Kerry no tenía previsto reunirse con
opositores cubanos en su breve visita a La Habana, pero finalmente lo
hará, entre otras cosas, por la presión ejercida por el Congreso donde
el republicano Marco Rubio ha amenazado con bloquear el nombramiento del
nuevo embajador.La otra bestia negra de este diálogo es el fin
del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto a Cuba en 1960,
que Obama se ha mostrado dispuesto a derogar pero para lo cual
necesitará la connivencia de un Congreso dominado por los republicanos.Por
delante quedan también otras reivindicaciones históricas de Cuba como
la devolución de la base militar que Estados Unidos tiene en la bahía de
Guantánamo, si bien la Casa Blanca ya ha adelantado que no está en sus
planes.La política migratoria de ‘pies mojados-pies secos’ con
la que Estados Unidos ha alentado a los cubanos a abandonar la perla del
Caribe en estos años es igualmente otra de las cuestiones a debatir en
los próximos meses.Así, Estados Unidos y Cuba tienen por delante
un largo recorrido que apenas comienza con la inauguración de las
embajadas y que se prevé espinoso por lo arraigado del conflicto y la
multitud de temas a dirimir para garantizar una amistad duradera.SA

Fuente: Internet

Fotografía de perfil de Liz Douret

Liz Douret

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