?Ciudad de México.- México y Estados Unidos avanzan en un acuerdo para transparentar la exploración y explotación de los yacimientos de petróleo transfronterizos en aguas profundas del Golfo de México, aseguró el secretario del Interior de ese país, Ken Salazar.
En conferencia de prensa efectuada en la embajada de Estados Unidos en
México, el funcionario estadounidense explicó que sus reuniones de
trabajo con autoridades de Pemex, Semarnat y la Comisión Nacional de
Hidrocarburos en México han sido fructíferas.
La gira de trabajo que realizó por el país acompañado por el senador por
Florida, Bob Graham, y el representante William K. Reilly,
copresidentes de la Comisión Nacional, ha servido mucho para
estandarizar los procedimientos entre ambas naciones.
Durante el mismo encuentro con medios, el embajador de Estados Unidos en
México, Carlos Pascual, aclaró que este acuerdo no va a estar listo de
la noche a la mañana, pero se avanza para establecer un régimen de
reglas transparentes sobre los hidrocarburos.
Pero también en proteger los yacimientos y su explotación en términos de
cuidado del medio ambiente. La idea es establecer estándares
compartidos entre Pemex y las compañías norteamericanas, para reducir
los accidentes y controlarlos más eficientemente.
Al respecto, el secretario del Interior estadounidense señaló que luego
del accidente de la compañía British Petroleum en el Golfo de México, se
detuvieron todas las exploraciones y explotaciones hasta crear nuevas
reglas.
Reconoció que la industria petrolera mundial estaba “dormida” antes de
este accidente, pero el desastre los despertó para tomar conciencia de
la necesidad de establecer estándares de seguridad más exigentes.
Tal es el trabajo que se viene haciendo con México para que Pemex
comparta sus conocimientos y las empresas estadounidenses también lo
haga, y con ello lograr operaciones más seguras y un trabajo coordinado.
Por su parte, William K. Reilly, copresidente de la Comisión Nacional en
Estados Unidos, explicó que la exploración en aguas profundas implica
un “juego totalmente diferente”.
Es decir, dijo, se requiere tecnología robótica que soporte presiones
inauditas y temperaturas muy bajas, al tiempo de garantizar una rápida
respuesta frente a una emergencia.
Eso es lo que deben desarrollar conjuntamente ambos países, si bien se
requiere también un trabajo legislativo amplio, pues los gobiernos se
pueden poner de acuerdo, pero son los legisladores quienes deben hacer
los ajustes correspondientes, finalizó.