México.- Nuestro país es uno de los primeros con más altos índices de consumo de bebidas azucaradas, gasificadas y también de enfermedades derivadas de los excesos en alimentos dañinos para la salud.
La diabetes es una de las enfermedades degenerativas más comunes, más caras y que con mayor frecuencia a temprana edad se están presentando en los mexicanos.
Una rutina común a la hora de la comida de un mexicano es acompañar los alimentos con una bebida altamente azucarada que detona con el tiempo una arraigada adicción que casi podría considerarse cultural.
Uno mismo puede sincerarse y realizar un autoexamen sobre nuestros hábitos a la hora de beber líquidos. Hacerse con honestidad estas dos preguntas puede descifrar mucho acerca de su salud actual y a futuro
¿Cuantas veces al día tomas refresco?
El continuo consumo de refrescos no solamente aumenta la posibilidad de enfermar seriamente, también nos puede ocasionar una dependencia al azúcar contenido en estas bebidas. Por ejemplo, es muy común escuchar a personas que dicen que no pueden estar sin tomar un vaso de coca o que su agua de uso común son las sodas. Esta afirmación es muy severa respecto a las repercusiones próximas en la salud.
¿Qué cantidad de agua consumes en un día normal?
Sabemos bien que nuestro cuerpo debe estar hidratado para poder funcionar correctamente. El cerebro, por ejemplo, empieza a tener fallas cuando una persona carece de agua suficiente para mantenerlo en buen estado. Visión borrosa, memoria deficiente, falta de concentración son algunos síntomas de deshidratación por falta de agua, que no se sustituye con ninguna otra bebida.
Otros malestares y enfermedades son causa de la falta de agua en nuestro organismo, entre estos están la colitis, migrañas, artritis, acidez, dolores de espalda y muchas más, sin embargo, un refresco no sustituye en nuestro cuerpo el agua que necesitamos para que este funcione óptimamente.
Porqué dejar de beber refrescos
Aunque parece una cuestión imposible, no lo es. Lo principal que debe tener uno en mente es el propósito de hacerlo. La voluntad viene de adentro. Sin embargo, las ventajas de dejar de consumir sodas pueden ser un motivante para proponerse a empezar de una buena vez:
Invertir en una alimentación puede ser mucho más económico; muchos estudios científicos revelan que dejar el consumo de estas bebidas es positivo no solamente para la salud sino para la billetera. El costo de las bebidas azucaradas es mucho mayor a la de aguas naturales de frutas o simplemente agua, que es lo que el cuerpo siempre necesita.
Tendrás menos hambre y por lo tanto, menos peso: El azúcar artificial que contienen las sodas modifica la percepción de satisfacción a la hora de comer, por lo tanto comemos más cuando consumimos refrescos. Si dejamos los refrescos se irá restaurando nuestra percepción de la saciedad y sabremos cuando estamos llenos.
Con el consumo de refrescos se libera insulina en el cuerpo, que es la hormona responsable del almacenamiento de grasa. Un bajo consumo de sodas causará menos liberación de insulina y menor almacenamiento de grasa, sobre todo en zonas no deseadas del cuerpo.
Te verás más joven: El consumo de grandes cantidades de azúcar ocasiona que las células del envejecimiento se presenten de manera prematura ocasionando tanto enfermedades propias de la edad avanzada como apariencia física mayor a la que normalmente tendría de acuerdo a su edad.
Dejar de consumir también restablecerá la forma en cómo las células se dividen y este ajuste podría ser beneficioso para la apariencia.
Menor presencia de malestares:
Los refrescos dañan el esmalte de la dentadura, causan reflujo y alteran el sistema digestivo; los edulcorantes presentes en la fórmula de los refrescos incrementan las posibilidades de activar una enfermedad como la diabetes.
El colorante artificial contenido en los refrescos a largo plazo afecta al sistema óseo por lo que serás más propenso a sufrir fracturas
Más energía: Al dejar de consumirlos, poco a poco irás notando los cambios y mejoras en tu organismo. Te sentirás más revitalizado, más fresco y menos somnoliento. Tendrás más ganas de levantarte temprano y aprovechas el día para realizar las actividades diarias.
Podrías considerar esta opción como un propósito de Año Nuevo y una vez que empiece la desintoxicación del exceso de azúcar artificial en tu cuerpo, tendrás suficiente energía como para comenzar una rutina de ejercicios y continuar con la búsqueda del bienestar personal.
