Abuso de militares fractura a familia

Tijuana, BC.- La familia Durán Delgado vio venir la muerte aquel 7 de marzo a las 11 y media de la noche. Por eso Javier no dudó en activar el revólver y lanzar dos disparos al aire. No sería suficiente: los militares lograrían entrar bajo la amenaza de zorrajarle un balazo al tanque de gas y ?quemarlos vivos?? Esa se convertiría en la antesala de la muerte de uno de los integrantes de la familia Durán, radicada en Ensenada, Baja California. Enfundados en su uniforme negro, una decena de militares, camuflados por la noche los torturaron y encarcelaron. Hasta ese día la familia era conformada por el señor Ramón Durán, su hija Guadalupe, el esposo Javier Delgado y el pequeño hijo de ambos; pobladores de Maneadero. A las 10 de la noche Javier Delgado ya estaba dormido. Se hacen los golpes. Después los gritos: ?¡Abran o se van a quemar vivos!?. Guadalupe, dijo que en un principio creyó que trataban de ingresar a la fuerza secuestradores. Pero no, era un grupo de soldados del Segundo Regimiento de Caballería Motorizada de la Segunda Zona Militar, que encabezaba Gilberto Landeros Briseño. A Guadalupe le importaba sólo su hijo. Por eso corrió al cuarto del niño y lo escondió bajo la cama, para después despertar a su esposo Javier que lanzó dos disparos al aire. El olor a gas ya impregnaba su pequeña casa. Los hombres enmascarados metieron el tubo de gas por la ventana. Lupita corrió a la puerta trasera y fue detenida por los encapuchados. ?Me esposaron de manos y pies, me tiraron al suelo, patearon y golpearon en la cara mientras me insultaban?, declaró Guadalupe. Minutos después su esposo fue detenido. Javier dijo que las primeras torturas comenzaron con un golpe en la nuca, después llegarían los toques con una chicharra que le paralizarían la espalda y brazos, o las incontables patadas a Guadalupe y las vejaciones dentro del cuartel. A don Ramón, de 84 años, lo golpearon con sus rifles en la cabeza y le taparon la cara con una camisa. Fue llevado a la penitenciaria La Mesa en Tijuana, y el 4 de abril al Penal de Ensenada. El ganadero murió durante el traslado. Según un certificado médico expedido por un médico en el Centro de Reinserción Social en Ensenada, era hipertenso, diabético, contaba cardiopatía isquémica secundaria, insuficiencia venosa periférica, todo en conjunto ameritaba hospitalización y ponía en peligro su vida. Los últimos días de 2012 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, emitió la recomendación 72/2012 ?sobre el cateo ilegal, uso arbitrario de la fuerza pública, detención arbitraria, tratos crueles e inhumanos y violación al derecho a la protección a la salud?, convirtiéndose en otro abuso documentado contra el Ejército. A pesar de las declaraciones de vecinos y familiares, la Secretaría de la Defensa Nacional alegó que ?respetaron en todo momento sus garantías individuales?, justifican que acudieron al lugar por una denuncia ciudadana en la que se manifestó que el ganadero y su familia resguardaban drogas y armas. Mutilada, la familia Durán Delgado clama hasta el día de hoy justicia, pero no ha pasado nada. JE