Argentina.- Luego de que el avance de la urbanización destruyera su hábitat natural, una plaga de capibaras (o carpinchos, como se conocen en Argentina), considerados los roedores más grandes del mundo, azota a uno a los barrios más exclusivos a las afueras de Buenos Aires.
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El capibara es un roedor herbívoro anfibio nativo de Sudamérica, que puede pesar alrededor de 55 kilogramos y supera el metro de altura. Su hábitat son los ambientes acuáticos como los humedales, zona en la que construyeron el complejo de Nordelta, un desarrollo inmobiliario inaugurado en el año 2000, sobre la desembocadura del Río Luján, en Buenos Aires, Argentina.
Es precisamente en el barrio de Nordelta donde los habitantes han denunciado un explosivo crecimiento de capibaras, lo que ha generado accidentes viales y ataques de mascotas. Los hechos han desatado una controversia entre los residentes y las autoridades ambientales, desarrollando un debate entre poner límites a los animales o a los desarrollos inmobiliarios sobre humedales.
“La situación es insostenible hoy para los carpinchos porque ya no les alcanza el alimento para tanta cantidad y están migrando a nuestras propiedades”, dijeron los vecinos en un reciente comunicado lanzado en redes sociales.
En su comunicado, los habitantes de Nordelta sostienen que las autoridades de Fauna y Flora deben tomar medidas de forma inmediata para resolver el problema invasivo de capibaras en el lugar. En los últimos días, los residentes de 30 barrios privados que integran el desarrollo inmobiliario han difundido en redes sociales y medios de comunicación local, las imágenes de los capibaras paseándose por jardines de mansiones exclusivas y calles comunes. De las imágenes difundidas, se ha vuelto viral un video en el que se puede observar cómo un capibara ocasiona un accidente al tratar de cruzar la calle y es arrollado por una motocicleta.
Como respuesta, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina,por medio de un comunicado invitó el viernes a los vecinos de Nordelta a aprender a convivir con los roedores, toda vez que los invadidos fueron ellos al desaparecer los humedales, que son su hábitat natural.
“El avance de la urbanización sobre los humedales afecta a nuestra fauna nativa de manera directa. Como consecuencia, especies como el carpincho han quedado excluidos de su ecosistema, como en el caso de Nordelta. Es fundamental comprender que el cuidado de la fauna es responsabilidad de todos y de todas y que el avance sobre los ecosistemas tiene consecuencias sobre la biodiversidad y el ambiente”, expresó el ministerio de Ambiente, que pidió a los vecinos de Nordelta no lastimar a los carpinchos.
En Nordelta, mientras que algunos vecinos quieren reducir la invasión, otros están contentos de poder convivir con estos animales que, además de ser amigables, simplemente están reclamando un terreno que era suyo en primer lugar.
“En Nordelta amamos a los carpinchos. De ninguna manera abogamos por la erradicación total de los carpinchos de nuestro entorno. Nuestro pedido concreto es retrotraer la cantidad de carpinchos a los que había cuatro o cinco años atrás”, finaliza el comunicado de los residentes del exclusivo lugar.
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