Estados Unidos.- Marilyn Hartman de 69 años, es una mujer con un increíble e inagotable talento para engañar a las autoridades aeroportuarias. Al punto tal que logró acceder a 30 vuelos de manera gratuita apelando a su simpatía. Sin embargo, parece que sus días de gloria en los cielos llegaron a su fin.
Debes leer: ¡Ya siéntense señoras! Paty Navidad y María Conchita Alonso hacen alianza contra vacunas y cubrebocas
Fue arrestada el pasado 15 de marzo cuando se disponía a tomar un vuelo en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago, en lo que fue una nueva violación de una libertad condicional, en este caso por un arresto previo en el año 2018. Ahora la justicia planea juzgarla por un delito grave para que ya no pueda volver a escabullirse entre los aviones.
A pesar de su largo historial, Hartman afirmó que no es una “mente maestra del crimen”. En diálogo con CBS2, la mujer relató que sus aventuras comenzaron en el año 2002. Sí, cuando los controles para los pasajeros aumentaron sus exigencias tras el atentado a las Torres Gemelas en 2001, ella inició sus fintas aeroportuarias.
“La primera vez que pude pasar, volé desde Chicago a Copenhague”, dijo la mujer. “La segunda vez que volé a París”. En su país realizó varios viajes internos, con visitas a ciudades como Seattle, Phoenix, Filadelfia, Atlanta o Jacksonville. Un fiscal la definió como “persistente, si no implacable”.
Según informó el Daily Mail, la mujer confesó a la Justicia en Estados Unidos que simplemente caminaba entre los otros pasajeros, pasando de un control al otro hasta llegar a la sala de espera. Luego ingresaba al avión y buscaba un asiento donde ubicarse sin ser descubierta.
“Lo que tengo que decir es que nunca he podido subirme a un avión sola. Siempre me dejaron pasar. Me refiero a que pude pasar por las líneas de seguridad sin una tarjeta de embarque”, declaró con cierto orgullo sobre sus engaños recurrentes.
Doce años después de haberse subido a un avión sin pagar ni un dólar, tuvo su primer altercado con la justicia. En agosto de 2014, en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, las autoridades la detuvieron después de haber volado desde San José sin boleto.
Un juez la dejó en libertad condicional pero al día siguiente estaba de regreso en el aeropuerto de Los Ángeles. La policía volvió atraparla, y esa vez la Justicia la condenó a seis meses de prisión.
Pasado aquel tiempo, nuevamente fue detenida. En este caso el viaje había sido desde Minnesota a Florida y, según los informes, los oficiales no la detuvieron en el aeropuerto sino que la sorprendieron registrándose en un hotel de lujo, con el nombre de otra persona. Fue acusada de fraude por suplantación de identidad y otros delitos.
Pidiendo disculpas, haciéndose la desentendida y apelando a la ternura que lograba generar en las autoridades, la mujer volvió a las andanzas. Cuatro años más tarde, al arribar al aeropuerto de Heathrow, en Londres, procedente de Chicago y sin un boleto. Fue detenida y enviada de regreso a casa.
La sentenciaron a 18 meses de libertad condicional y asesoramiento sobre salud mental. Además se le prohibió estar en cualquier propiedad del aeropuerto sin tener un boleto de avión existente. De esta manera, los oficiales ya estaban preparados para cuando la vieron regresar al aeropuerto O’Hare de Chicago en octubre de 2019.
No tenía tarjeta de embarque, ni identificación y, como había violado la libertad condicional, se le ordenó que permaneciera recluida tras las rejas sin derecho a fianza. Pero con la pandemia de coronavirus que cambió todo en 2020, la mujer fue liberada de la cárcel del condado de Cook en una iniciativa oficial de liberar a los detenidos de bajo riesgo durante los días de mayores casos de Covid 19.
El día de su último arresto, las señales de GPS del monitor electrónico que llevaba durante su arresto domiciliario, guiaron a los oficiales hasta la Terminal 1 del aeropuerto de Chicago. Esta sería la gota que rebalsó el vaso y ahora las autoridades planean condenarla con dureza.
“Que ella pueda repetir eso una y otra vez, es simplemente alucinante”, dijo el experto en seguridad de la aviación Jeff Price. “La genialidad de su modo de operación está en su simplicidad”, agregó y advirtió: “Son los tipos de planes poco sofisticados que suelen ser los más exitosos”.
Ella se defendió en la entrevista con CBS. “Soy bipolar. Y esto es algo que he rechazado durante años. Cuando tomé el avión, no estaba feliz. No estaba ‘Oh, voy aquí o allá’, en realidad estaba en un estado mental deprimido”. Y cerró: “Quiero la oportunidad de disculparme con las personas que he lastimado”. ¿Será verdad o es otro de sus engaños?
Con información de El Clarín