Turquía.- La historia de supervivencia de la familia Erdem ha tocado los corazones no sólo de los ciudadanos turcos que fueron afectados por el sismo de 7.8, sino de miles de personas en el mundo, reconociendo este hecho como un milagro de la vida, luego de haber pasado diversas horas consumidos por el terror, el dolor y la tristeza.
Tras el derrumbe de un edificio de cuatro plantas donde vivía Taha Erdem, un joven estudiante de 17 años con sus padres y sus dos hermanos menores. El estudiante de secundaria vio su vida pasar cuando se encontraba bajo los escombros, pues sentía que dentro de poco, su corazón dejaría de latir.
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Aun temblando por lo ocurrido y sin saber qué fue de su familia al haberse encontrado en habitaciones separadas cuando se dio el siniestro, Taha tomó su celular entre sus manos y grabó un video considerándolo como el último que haría.
El joven comunicó a través de su video que pensaba que su familia había muerto, por lo que él también se uniría a ellos. Describió y enumeró sus heridas y declaró que se arrepentía de todos sus pecados, esperando que Dios los perdonara, sin embargo, si salía vivo de todo el desastre, mencionó que había muchas cosas que quisiera hacer.
“Creo que este es el último video que grabaré para ustedes (…) Todavía estamos temblando. La muerte, amigos míos, llega en el momento en que uno menos se los espera” declaró para comenzar a recitar una oración musulmana en árabe “Hay muchas cosas de las que me arrepiento. Que Dios me perdone todos mis pecados. Si salgo vivo de aquí hoy, hay muchas cosas que quiero hacer. Seguimos temblando, sí. No me tiembla la mano, es sólo el terremoto”
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El momento en que Taha grabó ese clip fue justo cuando se dio el primer sismo el pasado 5 de febrero, por lo que las réplicas empezaban a pronunciarse y los temblores no cesaban.
Luego de despedirse, el joven de 17 años nunca imaginó que sería una de las primeras personas salvadas dentro del edificio, pues dos horas después del temblor, los vecinos lo sacaron de entre los escombros y lo trasladaron hacia donde se encontraba una tía suya para su resguardo.
Fue hasta diez horas después cuando los residentes locales que se encontraban excavando con sus propias manos, rescataron al resto de la familia Erdem y se reencontraron con su hijo, tras pensar que él había perdido la vida en el derrumbe.
La historia de la familia impactó bastante a los medios de comunicación, quienes no tardaron en ponerse en contacto con ellos una vez que habían sido resguardados en una tienda de campaña que les otorgó el gobierno de Turquía. La madre de Taha, Zeliha Erdem de 37 años, recordó los momentos que pasaron cuando el edificio se derrumbó encima de ellos y gritaba el nombre de su hijo mayor, pues quería que murieran todos juntos como una familia.
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Taha nunca pudo escuchar los gritos de su madre y ella tampoco los de su hijo, por lo que ambos creyeron que el otro había muerto entre los escombros.
Luego de que rescataron a la familia y fueron llevados al hospital para que recibieran atención médica, Ali Erdem de 47 años, esposo de Zeliha y sus otros dos hijos Semanur de 13 y Yigit Cinar de 9 se enteraron que Taha había sobrevivido.
“El mundo era mío en ese momento. No tengo nada, pero tengo a mis hijos”, expresó Zeliha al ver cómo los restos de su casa eran levantados por maquinaria pesada.
