?Jerusalén.- El primer encuentro entre los líderes de Israel y la Autoridad
Nacional Palestina (ANP) arrojó su primer resultado, mientras 13
milicias extremistas se han unido a Hamás para lanzar una amenaza de
ataques contra objetivos judíos a gran escala.
Según un portavoz de Hamás, esta unión responde a realizar ataques más
efectivos contra posiciones israelíes en protesta por el reciente
diálogo en Washington entre el primer ministro Benjamín Netanyahu y el
presidente palestino Mahmud Abbas.
El pasado martes, a dos días de iniciarse las conversaciones entre Abbas
y Netanyahu, militantes de Hamás mataron a tiros a cuatro colonos
judíos cerca de Hebrón, en Cisjordania, y un día después incursionaron
de manera semejante, pero sólo hirieron a dos personas.
“Las acciones de resistencia han ido hacia un nuevo y más avanzado plano
de cooperación en el frente en los más altos niveles de preparación” ,
sostuvo en rueda de prensa en Gaza, Abu Ubaida, vocero del ala armada de
Hamás, las brigadas Ezedín Al Qassam.
Mientras en Israel se encuentran las fuerzas del orden en estado de
máxima alerta, en la capital estadounidense las partes en conflicto
acordaron mantener reuniones para la paz.
Los encuentros serán cada dos semanas. El primero tendrá lugar el 14 y
15 de septiembre en El Cairo, donde se comenzará a trabajar en un
acuerdo marco que establecerá los compromisos para un tratado final.
Ante la presencia de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, el primer
ministro israelí y el presidente palestino dieron su aprobación para
reunirse después de 20 meses sin contactos directos.
“Ambos se comprometieron a hacer lo que sea necesario para lograr un
resultado” , dijo el representante especial para Medio Oriente de la
Casa Blanca, George Mitchell.
Designado vocero de esta primera reunión de trabajo, Mitchell no quiso
revelar detalles de las conversaciones, a las que sólo por momentos tuvo
acceso, con el argumento de que es necesario dotarlas de “privacidad y
de discreción” para que tengan éxito.
Ratificó que ambos líderes están de acuerdo en que la “meta común” es
una solución de dos Estados, en que la negociación “puede completarse en
el plazo de un año” y en que ésta debe “resolver todas las cuestiones
clave” .