Redacción.- La niña siria, Bana Abed, convertida en fenómeno en las redes sociales al tuitear su vida en un barrio bombardeado del este de Alepo, abandonó su casa el acercarse el ejército, pero “está bien”, afirmó su padre.
“Nuestra casa fue dañada por un bombardeo” en los últimos días, dijo por teléfono Ghasan al Abed, mientras el ejército del régimen de Bashar Assad se apoderó de las dos terceras partes del sector rebelde de Alepo, segunda ciudad del país.
“Además, el ejército se acercó mucho a nuestro barrio. Huimos hacia otro (barrio) en el este de Alepo y la familia va bien” añadió.
“La red de internet es muy débil”, agregó.
Con la ayuda de su madre Fatema, Bana, de 7 años, comenzó el 23 de septiembre a tuitear en inglés durante una violenta campaña de bombardeos llevada a cabo por el régimen de Assad para reconquistar los barrios de Alepo este en manos de los insurgentes desde 2012.
A través de la cuenta @AlabedBana, seguida por 211 mil usuarios, y verificada por Twitter, su madre suscitó la inquietud de los internautas al tuitear el domingo: “Estamos seguros que el ejército nos va a detener ahora. Nos volveremos a ver un día, querido mundo. Hasta pronto. Fatema”.
La cuenta permaneció en silencio durante 24 horas, generando inquietud en las redes, con el lanzamiento del #WhereisBana (donde está Bana).
Pero la madre se manifestó otra vez el lunes al tuitear: “estamos siendo atacados. No hay donde ir, cada minuto la muerte acecha. Rueguen por nosotros. Hasta pronto”.
Madre e hija escribieron una serie de tuits, describiendo el calvario que viven las 250 mil personas asediadas desde julio y sometidas a intensos bombardeos. Los tuits incluían fotos y videos de los bombardeos, o de Bana leyendo.
La suerte de Bana conmociona a miles de internautas que ven en ella el símbolo del drama de los civiles en Alepo este. La niña atrajo la atención de la autora británica J.K. Rowling que le ofreció Harry Potter en versión electrónica.
Pero los detractores de la oposición y de los rebeldes, entre ellos el propio presidente Assad en persona, consideran que se trata de un instrumento propagandístico.CHG