China.- En su afán por controlar y reprimir las protestas que se han desatado en China en oposición a las estrictas políticas antiCOVID-19, las autoridades locales han empezado a aprovechar su tecnología y han recurrido a herramientas de vigilancia, como lo son programas de reconocimiento facial y rastreo de teléfonos.
Al parecer el gobierno se ha fijado como objetivo la localización de los manifestantes que estén relacionados en las recientes protestas, por lo que se ha desplegado un gran arsenal de seguridad, incluyendo herramientas de vigilancia de con tecnología de punta para localizar e identificar a las personas que han participado en las movilizaciones multitudinarias durante los últimos días. Wang Shengsheng, abogada que ha ofrecido a los manifestantes ayuda legal gratuita, expresó para los medios de comunicación internacionales:
Al parecer, en Pekín, Shanghái y Cantón la policía utiliza métodos de muy alta tecnología (…) En otras ciudades parece que utilizan las imágenes de vigilancia y el reconocimiento facial.
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Un ejemplo de que las autoridades chinas realmente están recurriendo a estas sofisticadas pero invasivas herramientas tecnológicas, es lo que ocurrió en Pekín, donde la policía utilizó los datos de localización de los teléfonos móviles y solicitó información a los taxis que transportaron a los manifestantes; de este modo, llamaron a interrogatorio a cientos de personas que participaron en las protestas y confiscaron sus móviles.
Las protestas realizadas durante los últimos días en China buscan poner fin a las llamadas políticas de “Cero Covid”, pues actualmente el país asiático continúa llevando a cabo confinamientos incesantes, cuarentenas y mandatos de pruebas a gran escala. En este sentido, la ciudadanía exige nuevas alternativas para frenar la pandemia, e incluso aluden a la necesidad de que el presidente Xi Jinping renuncie.
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No obstante, en lugar de responder asertivamente a la población, el gobierno y las autoridades en varias ciudades de China ejercen represión y vigilancia sobre los manifestantes, lo que ha provocado rechazo dentro y fuera del país.
