Rusia.-Un joven de 21 años falleció víctima de un ataque cardíaco tras desplomarse cuando trabajaba en su empleo de repartidor de comida.
El hombre identificado como Artyk Orozalíev, originario de San Petersburgo, Rusia, trabajaba para una aplicación de distribución de comida a domicilio y según la autopsia, la causa de muerte fue por un ataque al corazón, pero de acuerdo con personas cercanas al finado, antes de perder la vida trabajó por poco más de 10 horas repartiendo productos, pese a ello, la empresa donde laboraba lo multó al día siguiente por no presentarse a trabajar.
Un diario local de Rusia retomó la increíble historia que causó eco e indignación en toda Rusi, el funeral celebrado al domingo siguiente de su muerte en Tort-Kul, su pueblo natal en Kirguistán, cuando hubo más revelaciones sobre las condiciones laborales de la empresa, pues al evento asistieron diversos amigos cercanos del trabajo, quienes contaron sus amargas experiencias en esta empresa que sigue el modelo de Uber Eats, Rappi y otras aplicaciones especializadas en entregas de comida.
“Para ganar mil o mil 500 rublos al día, una persona tiene que trabajar de 12 a 14 horas sin interrupción”, dijo un colega de Orozalíev, “Tienes que recorrer de 40 a 60 kilómetros por día. Probablemente, este trabajo solo pueda ser comparado con el entrenamientos de deportistas”.
El joven ruso habría pedido a un transeúnte comprarle cigarrillos cuando, acto seguido, cayó al suelo fulminado y morir poco después. Una serie de publicaciones en Twitter revelaron que, además de las precarias condiciones laborales, los repartidores sufren faltas de respeto por parte de sus supervisores, restricciones que regulan hasta cuándo deben cambiar su uniforme de verano y de invierno, así como multas por demoras que deben afrontar pese a que a veces son provocadas por errores del algoritmo.