Roma. El humo blanco de la Capilla Sixtina confirmó al nuevo líder de la Iglesia católica: Robert Francis Prevost, quien ahora será conocido como el Papa León XIV. Con 69 años, se convierte en el primer pontífice con ese nombre desde 1903 y el número 267 en la historia del papado.
Nacido en Chicago en 1955, aunque con ciudadanía peruana adquirida en 2015, Prevost pasó buena parte de su vida como misionero en Perú y como arzobispo emérito de Chiclayo. Su perfil internacional y pastoral marca una continuidad con la visión global de su antecesor, el Papa Francisco.
Aunque estadounidense de nacimiento, gran parte de su trayectoria ha estado fuera de Estados Unidos. Vivió y trabajó tanto en América Latina como en Europa, lo que llevó a la prensa italiana a llamarlo “el menos estadounidense de los estadounidenses”.
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Prevost dirigió el Dicasterio para los Obispos en el Vaticano y posee títulos en matemáticas, derecho canónico y teología, además de hablar cinco idiomas.
Sus conocidos lo describen como discreto, amable y con un fino sentido del humor. No busca protagonismo, pero sí la cercanía con las personas.
Confiesa ser aficionado al tenis, aunque lamenta no haber tenido tiempo para practicar desde su salida de Perú.
Amante de los libros, los paseos y los viajes, el nuevo Papa valora las amistades y cree que cada encuentro humano puede enriquecer la vida.
León XIV llega al Vaticano con una mezcla de preparación académica, experiencia pastoral y calidez humana.