Francia.- Minutos de terror se vivieron el pasado fin de semana en el Hospital Sainte Musse de Toulon, Francia, pues un hombre de 88 años de edad acudió al centro médico para que le retiraran una bomba de la Primera Guerra Mundial atorada en el recto. Sin embargo, ante la peligrosidad del artefacto, se requirió la presencia de un escuadrón especializado.
El medio británico Daily Mail informó que el adulto mayor llegó hasta las instalaciones del nosocomio durante la noche del sábado 17 de diciembre, solicitando que se le retirara la munición de artillería de 8 pulgadas atorada en su cavidad anal.
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Ante el temor de que el dispositivo siguiera activo y pudiera explotar, se activaron las alertas de amenaza de bomba, las cuales comprendían la evacuación de emergencias para adultos y pediátricas, así como el desvío de las emergencias entrantes.
Además, llamaron a un escuadrón de desactivación de bombas, quienes evaluaron la situación y determinaron que no había riesgo de que el proyectil se detonara dentro del hombre, por lo que parecía seguro proceder quirúrgicamente. Un portavoz del Hospital Sainte Musse apuntó:
Fue necesario gestionar el riesgo en un marco reactivo. En caso de duda, tomamos todas las precauciones.
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El hombre de 88 años, de quien no se reveló la identidad, confesó personalmente que se introdujo la bomba por su parte trasera por placer sexual. Además, poco después, tras evaluar el artefacto, se descubrió que la bomba era un artículo de colección de la Primera Guerra Mundial y que el ejército francés la llegó a usar comúnmente a principios del siglo XX. Aunque en esta oportunidad su modo de empleo fue ciertamente diferente.